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En el barrio Esquina Blanca del Ferrocarril de Maipú, vecinas de la Junta de Vecinos Los Cóndores participaron en la entrega y capacitación de vermicomposteras, como parte de un proyecto colaborativo entre la comunidad, la Universidad de Las Américas y la empresa Reutil. La iniciativa busca fomentar la economía circular, fortalecer el tejido social del territorio y promover prácticas sustentables desde el hogar.

La actividad contempló una formación práctica sobre el uso de las vermicomposteras, con el fin de reducir los residuos domiciliarios y transformar los desechos orgánicos en abono natural. Esta propuesta no solo apunta al cuidado del medioambiente, sino que también entrega herramientas a las participantes para reconectarse con los ciclos de la naturaleza y generar posibles ingresos a futuro.

Impacto ambiental, social y económico

Nicole Astudillo, presidenta de la Junta de Vecinos Los Cóndores, valoró el efecto transformador de este tipo de proyectos: explicó que el aprendizaje de las vecinas no solo permite cuidar sus plantas o cambiar rutinas diarias, sino que también reduce significativamente la basura que se genera en los hogares. “Ahora se saca mucho menos basura. Aprenden a reciclar, a compostar, y eso es bueno para el medio ambiente, para nosotros, para todos”, comentó.

Desde Reutil, Justine Leseigneur, cofundadora de la empresa y encargada de la capacitación, destacó el enfoque integral de la intervención: “Cuando se aborda la sustentabilidad, se habla de un triple impacto: ambiental, social y económico. Las vecinas adquieren un artefacto para transformar su residuo desde la fuente; se fortalece la cohesión barrial mediante redes de apoyo; y, a largo plazo, este cambio puede significar un ahorro tanto para los hogares como para el municipio”, señaló.

Además, explicó que el proceso incluye una etapa de seguimiento individual que permitirá a las participantes cosechar sus primeros resultados en un plazo aproximado de tres meses. “A diferencia del reciclaje tradicional, en el compostaje las personas se hacen cargo de todo el ciclo y pueden ver el resultado final. Es una forma de reconectarse con la naturaleza, con el tiempo y con los ritmos propios de los procesos naturales”, agregó.

Con esta experiencia, UDLA refuerza su compromiso con el desarrollo sostenible y la vinculación territorial, acompañando iniciativas comunitarias que impactan de forma concreta en la calidad de vida de las personas.