La académica del curso “Prácticas Situadas” del Magíster en Prácticas Socio-Espaciales, Constanza Hermosilla, participó en el seminario del Consejo Nacional de Desarrollo Territorial: “Ni urbano ni rural: redefiniciones críticas desde un enfoque territorial”, realizado en la Biblioteca Nicanor Parra de la Universidad Diego Portales.

Dentro del proceso de actualización de la Política Nacional de Desarrollo Urbano, el Consejo Nacional de Desarrollo Territorial, junto a las universidades que lo integran, organizó el ciclo Actualizando Debates, con el objetivo de discutir términos clave e identificar los nuevos problemas territoriales a abordar. Esta primera sesión se centró en la interfaz urbano-rural.

Hermosilla presentó la investigación artística “Ruta CH-160”, que aborda la expresión del abandono neoliberal de la ruta que une Coronel con Concepción. Este camino, de casi 20 kilómetros de extensión, incluye una autopista de cuatro carriles, una línea de ferrocarril, rejas, monocultivos, pasarelas y pasos sobre nivel, junto a paraderos aislados y expuestos, juegos infantiles oxidados, terrenos baldíos y peladeros, lo que evidencia una nula planificación.

“La urbanización arrasó con los humedales y dejó a los nuevos habitantes sin más servicios que supermercados y algunos outlets, reduciendo la vida diaria al traslado entre el trabajo y el consumo”, comentó la académica.

Además, la investigación evidenció el impacto de estas propuestas urbanas en la vida de las personas; aquellos que deben tomar el tren para ir al trabajo lo hacen en vagones reducidos, compartiendo las vías con extensos trenes madereros; jardines infantiles que se encuentran junto a termoeléctricas, y las recolectoras de algas enfrentando la escasez del recurso debido a las aguas calientes que las termoeléctricas arrojan en el mar.

Parte de la investigación contempló un recorrido de 10 kilómetros por la ruta, durante el cual se recogieron pistas, grabaron audios y midieron decibeles de la carretera. Uno de los factores más presentes durante el trayecto fue el mar, con su brisa y fauna, lo que motivó la realización de una propuesta artística.

“Hicimos una serie de ejercicios de resistencia poética para imaginar un Coronel veraneable. Agarramos unas sillas de playa, un quitasol, y nos instalamos en los paraderos de micro para ver el mar, en un gesto que buscaba radicalizar la acción y visibilizar los modos de vida locales”, explicó Hermosilla.

Por otro lado, agregó que “la idea era mostrar esta carretera como una cicatriz de la extracción del capital humano, pero también como un espacio susceptible de ser subvertido y experimentado de otra manera, una especie de utopía practicable”.

El registro de esta experiencia fue presentado en el Galpón UDLA como parte de una exhibición en el marco del lanzamiento del Magíster en Prácticas Socio-Espaciales.