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El primer Encuentro Comunitario (ECO) de Sede Santiago, organizado por el Programa de Intervención Comunitaria (PIC) de Universidad de Las Américas, congregó a dirigentes sociales de diversos puntos de la Región Metropolitana en el auditorio de Campus Providencia, con el objetivo de intercambiar experiencias y reflexionar sobre la relación entre las universidades y las comunidades organizadas. 

A través de mesas de trabajo y utilizando la metodología del Árbol de Compromisos, los participantes pudieron identificar necesidades prioritarias y generar acuerdos de colaboración para futuras acciones. Sirviendo así como plataforma para que los representantes de las comunidades compartieran sus perspectivas sobre el trabajo que realiza el PIC en los barrios. 

 En la oportunidad, el Director (I) del Programa de Intervención Comunitaria, Andrés Santana, destacó el compromiso de UDLA con el trabajo colaborativo con las comunidades. “El Programa ha tenido varios cambios, y el único propósito que persigue es justamente mejorar la calidad de lo que entregamos nosotros para los estudiantes, en primer lugar, y segundo, cómo nosotros los vinculamos de mejor manera en los territorios en los que estamos”, explicó añadiendo “Qué mejor que ustedes nos cuenten de qué manera se hace, cómo podemos hacer, cómo nos podemos proyectar de aquí adelante con esta nueva mirada, cómo nos vinculamos mejor con el territorio, con la complejidad del territorio”., afirmó. 

“El Encuentro Comunitario nos permitió, a través de mesas de trabajo, escuchar las voces y perspectivas de nuestras socias y socios comunitarios, para fortalecer nuestra labor y nuestras acciones en los territorios”, señaló Eli Tiraferri, Coordinadora de Vinculación con el Medio del Programa. Quien agregó que “Gracias a su participación, logramos identificar necesidades prioritarias para la comunidad y generar acuerdos de colaboración para futuras acciones, fortaleciendo la red comunitaria y nuestro vínculo con los territorios”. 

 Los participantes del encuentro valoraron la oportunidad de dialogar con la Universidad y compartir sus experiencias. “Me pareció muy interesante, pionera, entretenida, original, enriquecedora en todo sentido”, señaló Verónica Godoy, representante de la Junta de Vecinos Número 1 de Macul. “La dinámica la encontré muy atractiva porque se fueron generando el tejido social dentro de la mesa y fue un aporte en todo sentido”. 

 La jornada cumplió para fortalecer las redes comunitarias entre los barrios donde se inserta el Programa. Así lo confirmaron los participantes del encuentro, quienes valoraron la oportunidad de dialogar con la Universidad y compartir sus experiencias. 

Así lo confirma Alejandra Cea, guía del Círculo de Mujeres Juntas Somos Más, de la comuna de Maipú, quien señaló que el ECO “potencia nuestro trabajo. Me gustó el hecho de que nos propongan, nos entreguen cifras primero, cifras que no tenemos de otra forma de saber que ahora y lo otro también” en referencia a la devolución de la Encuesta de Línea Base que realiza el programa en los territorios en los cuales se inicia su proceso de vinculación. Además, resaltó la metodología de trabajo utilizada en el Encuentro. “Me gustó la forma de separarnos por grupo, con personas que no eran nuestras cercanas, para hacer redes”. 

Sandra Neira, representante de la Casa de la Mujer Villa O’Higgins, describió la experiencia como “Enriquecedora, la verdad es que es primera vez como que nos consultan de alguna otra manera cuáles son nuestras esperanzas a futuro, o la proyección a futuro que tenemos en términos de lo que es el Programa de Intervención Comunitaria”. 

Finalmente, Débora Pinto Sepúlveda, representante del Centro Cultural La Minca, expresó que la jornada fue “muy constructiva, comunitaria, bonita, cercana, muy amable, interesante también, por sobre todo, porque conocer la realidad de otros territorios siempre es muy enriquecedor para el trabajo que uno hace con la propia organización. Me voy con reflexiones respecto a cómo coincidimos en lecturas, coincidimos en temores y en los sueños que compartimos al pensar en la llegada de la Universidad a los territorios, como la utilidad o las ganas que tenemos de hacernos parte de los procesos educativos de los estudiantes, de que ellos se sientan parte del lugar a donde llegan, son puntos comunes que al final acompañan la esperanza”.