Adscrita a Gratuidad

Dos años de pandemia, un tiempo en que se extrañó mucho más que las clases y los amigos. También ese mundo de cercanía que ofrece una presencialidad que hoy parece ser un privilegio. Aunque aún se intenta regresar a “lo que era” lo cierto es que el mundo y nosotros ya no somos los mismos; y decir que todo cambió puede parecer una obviedad. Pero hay cosas que no solo no cambiaron, sino que incluso se mantuvieron con fuerza.

El sistema educativo chileno se vio fuertemente desafiado en todos sus niveles. En la formación profesional, obligó a las instituciones a adaptarse rápidamente a un tiempo donde imperaba el aprendizaje por Zoom.

Pese a la natural dificultad de esto, desde un inicio no sólo buscamos que se cumplieran las clases y el programa, sino que se hicieran con un estándar de calidad que permitiera garantizar el aprendizaje de los estudiantes. Por eso, el aseguramiento de la calidad de  UDLA retomó una vez más un lugar de relevancia en nuestro quehacer.

Hoy estamos avanzando en nuestro sexto proceso de acreditación institucional consecutivo. Los pasos dados en las áreas de Docencia de pregrado, Investigación y Vinculación con el Medio tanto a nivel central como de facultades, nos muestran que se ha ido por el camino correcto y que enfrentaremos este nuevo proceso en nuestro mejor momento.

La necesidad de continuar con el proceso de mejora continua es también la de revisar lo que hacemos, de proponernos nuevas metas y objetivos y seguir transitando en un camino que no tiene fin. Y lo más importante es justamente la transversalidad de estos procesos, que convocan a académicos, académicos adjuntos, estudiantes, egresados, empleadores y por cierto a la plana directiva.

En el caso de la Facultad de Comunicaciones y Artes, los procesos de certificación de la carrera de Publicidad que terminó exitosamente con un fallo de cinco años y el de Periodismo, ya finalizado y esperando el dictamen final, nos muestran que la calidad sigue estando en el centro de nuestro quehacer y nos aseguran que la pandemia nos quitó muchas cosas pero nunca pudo quitarnos las ganas de ser cada día mejores.