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Elizabeth Luarte estudió Educación Parvularia en Sede Concepción. En diciembre del 2023, en la premiación de egresados destacados, recibió el reconocimiento de la categoría Emprendimiento, hito que la tiene muy feliz hasta el día de hoy.

Se define como una persona responsable, perseverante, cariñosa, respetuosa, empática y dispuesta a cambiar el mundo: “Quizás no puedo cambiar el mundo entero, pero sí puedo cambiar la realidad de algunos niños que son los que van a estar a mi cargo”.

Su amor y dedicación al trabajo con niños y niñas la llevaron a ser educadora de párvulo y a tomar el camino del emprendimiento. Con orgullo comparte uno de los mayores logros que consiguió para su negocio llamado Vity Chic: ser distribuidor oficial de chupetes de la marca Dr. Marinov.

¿Qué significó para ti recibir el reconocimiento de Emprendimiento UDLA?

Fue una gran sorpresa. Nunca lo esperé, nunca lo pensé. De hecho, no me la creía, muchas veces me lo cuestionaba y decía: ‘es un emprendimiento tan pequeñito todavía, que ha ido creciendo de a poco´. Yo partí de abajo, empecé con sólo chupetes porque no tenía más para invertir. Luego fue creciendo y me di cuenta que tiene un valor importante.

¿Qué te motivó a emprender?

La necesidad como primera instancia. Necesitaba pagar mis cuentas, ayudar a mi esposo, quien me ayudaba económicamente para poder estudiar. Yo estaba en la Universidad y necesitaba generar un poco de dinero para costear, entre comillas, lo que necesitaba día a día: los pasajes, los materiales y otras cosas. Quería ser un aporte para él y para mi futuro profesional. Así logré tener un ingreso extra, pero con un emprendimiento basado en mi área, en los niños, en su estimulación, en su desarrollo tanto físico como cognitivo, que marcara la diferencia de cualquier otro emprendimiento.

En tu carrera profesional o emprendimiento, ¿qué logros han sido los más significativos?

El logro más significativo es tener una buena relación con el equipo pedagógico y con las familias. Si bien, uno lo ve como algo súper cotidiano, natural y que siempre se debería dar… he visto realidades en las que no se da (…) Gracias a Dios he tenido la capacidad de trabajar con  las técnicos de párvulode manera conjunta, lo que me permite resolver sus dudas e inquietudes. Ellas también me han enseñado mucho. Yo aprendo de ellas y ellas de mí. Entonces tener esa relación tan bonita dentro del aula, sin duda, lleva a que el desarrollo de los niños y niñas se vea beneficiado. Además, de tener una relación cercana con los papás, porque ellos confían en una y así se sienten con la libertad de decir las cosas, de expresarse, de mostrar las inquietudes. Para mí es fundamental.

En relación con mi emprendimiento, es que somos los distribuidores oficiales de los chupetes Dr. Marinov. Eso me ha permitido ayudar a más gente, a ser reconocidos y tener el respaldo de la empresa que fabrica estos chupetes”.

¿Qué valores que te entregó UDLA destacas hoy en tu perfil como emprendedora o como educadora de párvulo?

“Como educadora y emprendedora, entre los valores que me entregó la Universidad, está en primer lugar la ética profesional. Siento que, sin ese valor, no podría ser yo ni podría hacer el trabajo que estoy haciendo. Sin duda como educadora de párvulo, una conoce muchas realidades. pasan muchas cosas, tanto dentro como fuera del aula. No hay que olvidar eso nunca, que en todo lugar uno está educando. Adicionalmente, la autocrítica, la reflexión, el hecho de poder modificar las cosas y de crear un ambiente armonioso para los niños y las niñas. Ellos perciben todo. Para mí eso es fundamental”.

¿Qué mensaje le entregarías a los estudiantes que están cursando la carrera de Educación Parvularia o que tienen las ganas de emprender?

“El mensaje que yo le entregaría a aquellas estudiantes que están recién empezando, es que no se dejen llevar por la rutina, por lo que hacen día a día en el jardín infantil o en el colegio, porque hay muchas prácticas que están implementadas en los establecimientos educacionales que están obsoletas. Que no tengan miedo al cambio, que pongan en práctica lo que les enseña la Universidad: los conocimientos que tienen, que no duden de lo que aprendieron y que siempre pongan como prioridad el bienestar de los niños y su aprendizaje (…) Si en algún momento quisieran emprender, puedo decirles que al principio no es fácil. No es un camino color de rosa (…) Pero es un trabajo constante, un trabajo arduo de perseverancia”.