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El Proyecto educativo de la Facultad de Ciencias de la Salud de UDLA está orientado a proporcionar a los futuros profesionales la formación necesaria para enfrentar las demandas de salud de la población. En ese contexto, UDLA está más presente que nunca en la crisis sanitaria que vive nuestro país.


El egresado de la Escuela de Kinesiología, César Reyes, se desempeña actualmente como uno de los encargados de los equipos de ventilación mecánica en los pacientes que están internados con coronavirus en la Unidad de Cuidados Intensivos (UCI) del Hospital de Urgencia Asistencia Pública (Huap).

En este momento eres parte del servicio de Medicina Física y rehabilitación del Hospital Huap. ¿Cómo ha sido el trabajo como “primera línea” del COVID-19?

Tenemos un tremendo equipo multidisciplinario. Contamos con 35 kinesiólogos, dos fonoaudiólogos y dos terapeutas ocupacionales, además de jefaturas médicas y kinesiológicas. Es un área con personas jóvenes, pero también con profesionales de mucha experiencia que siempre están dispuestos para entregar sus conocimientos y directrices para cumplir con la innovación en la salud pública. Con respecto al trabajo, ha sido bastante arduo en las últimas semanas puesto que se tuvo que modificar el flujo de estancia de los pacientes en los diferentes servicios, así como también, en los tipos de abordaje terapéuticos que estos requieren.

¿En qué consiste tu trabajo con el paciente COVID-19 a partir de tu profesión como kinesiólogo?

En el hospital, la función del kinesiólogo ha tomado cada vez más relevancia en los distintos servicios que entregamos a la comunidad. La relación con el paciente en este caso comienza desde la urgencia, identificando y evaluando el estado funcional, motor, neurológico y respiratorio de éste de forma integral. Según el resultado, nosotros intervenimos y asistimos en distintos procedimientos como es la intubación, instalación de ventilación mecánica invasiva y no invasiva. También participamos en el proceso del despertar, weaning y movilización temprana intentando lograr el procedimiento de extubación en servicios críticos.

En el servicio buscamos que, a nivel respiratorio, el paciente logre el destete de oxígeno para que logre respirar por sí solo, mientras que, a nivel motor, alcance niveles lo más similares a su funcionalidad previa. La idea es facilitar la reinserción a su vida cotidiana.

¿Cómo analizas y valoras la formación que tuviste en la Escuela de Kinesiología de UDLA?

Me siento muy agradecido de UDLA por varios aspectos. No solo me formó como profesional, permitiéndome conocer y querer mi profesión, sino que también, gracias a los profesores, logré cultivar valores como la responsabilidad y el sacrificio. Además, UDLA me dio la oportunidad de continuar como mi carrera como deportista, algo que venía haciendo desde los 11 años y que no quería dejar de lado. Tuve una gran experiencia en el ámbito deportivo, con una generación de compañeros increíbles, con un cuerpo técnico muy profesional, en donde siempre se priorizó el trabajo en equipo.

¿Qué consejo le podrías dar a todos los estudiantes que actualmente están cursando la carrera y les gustaría, por ejemplo, seguir tus pasos en la especialidad respiratoria?

Para poder sacar una especialidad es necesario tener un estudio efectivo, tanto teórico como práctico, acompañado de vocación y dedicación. Este conjunto, más un trabajo con un equipo multidisciplinario nos permitirá lograr una terapia óptima.