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Con el objetivo generar un espacio de conversación y reflexión en torno a las ciencias físicas y astronómicas, el Instituto de Matemática, Física y Estadística de UDLA presentó su primer seminario en esta área titulado “¿Qué preguntas podemos responder gracias al Telescopio James Webb?”.

La exposición estuvo a cargo de Catalina Urrejola, astrónoma experta en difusión científica, con Doctorado en Astronomía de Universidad de La Serena, quien dio a conocer las principales características de este telescopio espacial, su funcionamiento, objetivos científicos, y cómo ha sido el progreso en relación con las imágenes que ha obtenido desde su lanzamiento el 2021.

Lo primero que mencionó es que “este es el telescopio espacial más grande y potente del mundo en la actualidad”. Con un diámetro total de 6,5 metros – dividido en 18 hexágonos- “James Web cuenta con un espejo primario, el más grande de un telescopio espacial que se ha construido hasta el momento, lo que permite captar más luz y, por ende, tener más y mejor información”. Otro de los aspectos importantes es que “observa en la banda infrarroja, con lo que es capaz de captar objetos más lejanos, desde los confines del universo”.

Para responder la pregunta planteada en el título de esta charla, la expositora presentó los principales objetivos científicos que tiene este telescopio. Uno de ellos, es el cómo se formaron y evolucionaron las primeras galaxias y agujeros negros. “Hace poco tiempo tuvimos la oportunidad de tener una primera imagen del agujero negro central de nuestra propia galaxia, que nos da información de cómo evoluciona el mismo en el centro y qué efectos tiene en la galaxia completa. Conocer cómo estos agujeros tuvieron que ver con la formación y evolución de las primeras galaxias es una pieza clave para entender cómo irán evolucionado en el universo actual”, afirmó.

Por otra parte, James Webb permite conocer más sobre el ciclo estelar, cómo nacen y mueren las estrellas. Una de las imágenes obtenidas con este telescopio es de la Nebulosa del Sur, una nebulosa planetaria que es el resultado de la muerte de una estrella.

“Con esta imagen se pudo observar, por ejemplo, qué tan extendida están sus capas, tener una idea de sus componentes y se logró distinguir que en el centro de esta nebulosa no había solo una estrella, como se había observado previamente, sino dos lo que da origen a una serie de cuestionamientos que hoy están en proceso de descubrir”.

Según la experta, “la gran ventaja del James Webb es que logra tener una gran capacidad de observar simultáneamente diferentes estrellas y galaxias, por lo tanto, podemos hacer frente al problema del tiempo astronómico – que es larguísimo- e ir reconstruyendo el ciclo estelar con esa información”.

Finalmente, uno de los objetivos que genera más expectativas, es tener información sobre los exoplanetas (elementos que están fuera de nuestro sistema solar); estudiar sus atmósferas y qué elementos son necesarios para tener vida. Sobre eso aseguró que “el James Web posee la capacidad de ver moléculas en atmósferas de exoplanetas, tiene una puntería de alta precisión y es capaz de captar la temperatura, masa y composición química de los objetos”. Por ejemplo, las imágenes del espectro WASP-96b una observación detallada de un planeta caliente, que revela evidencia clara de CO2 que no había sido detectada nunca antes de manera tan precisa”, finalizó.