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“Democracia, Ciudadanía Global y Educación Transformadora”, fue el tema central que desarrolló el Simposio Internacional de la Cátedra UNESCO el pasado 25 y 28 de octubre, en donde los estudiantes de la carrera de Traducción e Interpretación en Inglés de UDLA, Diana Jaque, Maximus Uribe y Montserrat Pizarro fueron los principales intérpretes de la jornada.

El propósito de su participación tiene que ver con sumar experiencias profesionales reales, dado que esto no solo aumenta su conocimiento y habilidades en la interpretación, sino que también refuerza su autoconcepto y genera un sentido de pertenencia a una profesión que muchas veces solo se queda en el contexto de aula.

En ese escenario, Pedro Pávez, académico de UDLA señala que “se ha investigado que la experiencia profesional como estudiante es positiva, porque junto con ser una oportunidad para desempeñarse profesionalmente, también es una instancia de aprendizaje significativo, situado en escenarios reales. Esto permite la aplicación de lo aprendido en el aula y consolida una identidad profesional a través de la negociación con diferentes entornos y situaciones”.

Además, agrega que “los estudiantes de interpretación han demostrado un fuerte compromiso con su formación. Contar con ellos en un simposio de este nivel es mérito de su trabajo, a lo que se suma el programa de Interpretación inglés-español de UDLA y al equipo de docentes de la disciplina. La formación de intérpretes en la universidad se centra en el estudiante y en la práctica; los buenos resultados obtenidos por los estudiantes demuestran que tenerlos a ellos como actores de sus procesos formativos es el camino correcto”.

Por su parte, Dania Jaque, estudiante de la carrera, comenta que junto a sus compañeros tuvieron que hacer “un proceso de documentación debido a los temas a tratar. Fueron días intensos de estudio pero que valieron la pena porque quedamos muy satisfechos con nuestro desempeño tanto individual como grupal”.

Maximus Uribe, también estudiante, destaca que la actividad fue una experiencia emocionante: “Si bien estábamos muy nerviosos en un principio, ya que era nuestra primera interpretación real no simulada, a medida que pasaban los días nos enfrentamos cada vez con mayor seguridad y confianza”.

Por último, Monserrat Pizarro, destaca que los oradores fueron conscientes del trabajo realizado, “lo cual fue algo que no esperábamos ya que generalmente el intérprete trata de pasar desapercibido. Esperamos que sea una experiencia que pueda repetirse en las generaciones que vienen para que ellos también tengan la oportunidad de experimentar estas situaciones reales antes de enfrentarse al mundo laboral”.