El cortometraje chileno Bestia ganó el sábado 12 de marzo en la categoría Mejor Corto Animado de los Premios Annie 2022, uno de los galardones más importantes para la animación de cine y televisión. Esto a dos semanas de realizarse la premiación de los Oscar, certamen en el que participará por la misma categoría, este próximo domingo 27 de marzo.  

La docente de la Escuela de Animación Digital, Cecilia Toro, participó de la producción del cortometraje, dirigido por Hugo Covarrubias, en distintas funciones, como asistente de dirección, vestuarista y productora de arte y comentó sobre esta premiación que “para nuestro equipo, este premio es un tremendo vehículo comunicacional para hablar de nuestra memoria como país en los medios y en todas las plataformas de difusión. Chile recién se está abriendo a hablar de estos temas abiertamente, entonces este agente amplificador, como es estar nominados a un importante premio como este, nos hace mucho sentido, sobre todo en nuestro contexto político actual. Nuestra historia local se vuelve universal”.

La docente de Taller de Título de la carrera de Animación Digital considera un honor haber podido participar en Bestia y contó que han sido más de 15 años aprendiendo a trabajar la técnica con la que está realizado el corto: “Siento que fue una especie de postgrado. La continuación de un eterno aprendizaje y maduración de nuestro oficio, que tiene que ver con traspasar la barrera del manejo técnico y poder concentrarnos en contar una historia potente. También significa colaboración y cooperación mutua con Hugo Covarrubias, una hermandad muy valiosa para mí. Fuimos aprendiendo juntos esta técnica desde hace 15 años, entonces poder ayudarlo a empujar esta pieza tiene tremendo significado. No fue un trabajo, fue un compromiso”. 

El Director de Escuela de Animación Digital, Sergio Díaz, destacó que los reconocimientos que están obteniendo los profesores de la carrera a nivel global “son una muestra del trabajo de colaboración entre la actividad académica y la profesional. Profesores que hace algunos años eran jóvenes talentosos o talentosas, con amor por la animación y vocación de enseñar, han ido creciendo junto con la Escuela”. El académico agrega que esto es fundamental en la labor disciplinaria que realizan con los estudiantes: “La enseñanza de la Animación Digital del siglo XXI conserva muchas de las antiguas formas de aprendizaje maestro-discípulo. El computador, la tableta digitalizadora, o las estaciones de stop motion, son espacios de experimentación y de creación, de búsqueda de formas de expresión de cada uno de los y las artistas digitales. El trabajo del profesor es guiar esos procesos formativos de manera individual y grupal, mostrar referentes y ser él o ella misma un referente” y finalizó puntualizando que “el hecho de que estos premios se vayan sumando, muestra que en Chile hay historias que contar y artistas talentosos que han encontrado en la animación digital un arte para hacerlo de manera propia y con el más alto nivel.  También sirven para visualizar un trabajo permanente de ya varios años, de un importante grupo de creadores, que están produciendo obras de animación, muchas de ellas de gran valor, que no encuentran los espacios para que las podamos ver y disfrutar en nuestro país”.

El cortometraje trata de Ingrid, una mujer que trabaja en la Dirección Nacional de Inteligencia de Chile (DINA) en 1975 y el libreto refleja sus problemas emocionales, así como las dificultades vividas por el país durante ese período. La historia aborda temáticas políticas y aspectos que hoy siguen provocando una profunda conmoción en la sociedad chilena.

Esta nominación se suma al cortometraje nacional, Historia de un oso, que ganó la estatuilla dorada en 2016, historia animada que fue dirigida por Gabriel Osorio y producida por Patricio Escala, ambos académicos de la Escuela de Animación Digital de UDLA, al igual que Cecilia Toro.