Adscrita a Gratuidad

Con una activa participación de docentes de Chile, Argentina, Ecuador, Uruguay, Paraguay y Perú, se desarrolló el primer encuentro del Círculo de Aprendizaje en IA Generativa, una iniciativa del Observatorio sobre uso de Inteligencia Artificial en Educación (Obs-IA) de la Facultad de Educación (FEDU) de UDLA.

La dinámica utilizada en el encuentro y ejecutadapor Domingo Borba, académico uruguayo e integrante del Observatorio de la FEDU , facilitó que los docentes se acercaran a la IA Generativa de, libre de presiones y sin calificaciones, lo que generó un ambiente propicio para aprender en comunidad y explorar nuevas posibilidades de uso pedagógico.

«El Círculo de Aprendizaje en IA Generativa para Docentes de Latinoamérica nació de una necesidad muy concreta: ofrecer a docentes de la región un espacio libre y colaborativo con enfoque Hands – On en la IA, sin evaluaciones ni entregables. La propuesta fue virtual y gratuita, con encuentros de una hora por Zoom, favoreciendo la participación de docentes de diferentes territorios” comentó el académico.

Durante la jornada los participantes combinaron una demostración práctica con un laboratorio abierto de experimentación con herramientas de IA, seguido de un espacio de reflexión colectiva sobre las prácticas implementadas: qué funcionó, qué aspectos ajustar y cómo transferir la experiencia a los contextos de aula.

“El balance tras el mes de trabajo fue altamente positivo. Se superó la meta orientativa de 20 personas por encuentro, y, más allá de los nombres de las plataformas, lo más valorado fue el intercambio entre pares y la construcción de microprácticas listas para aplicar “el lunes”” agregó Borba.

El encuentro se caracterizó por un alto compromiso, entusiasmo y espíritu colaborativo, confirmando la necesidad de generar espacios seguros y comunitarios para que docentes puedan innovar en educación con apoyo de la Inteligencia Artificial.

“Después de cuatro sesiones, confirmé que la tecnología importa menos que la comunidad. La experiencia deja instalada una cultura de aprendizaje entre colegas que trasciende modas y versiones de software: herramientas cambian; la comunidad permanece. Ese es, precisamente, el mayor valor del Círculo”, concluyó el académico.