Con sala llena en la ciudad de Barcelona, a principios de noviembre se exhibió el documental “Yo no canto por cantar”, obra ganadora de la Competencia Nacional del Festival In-Edit Chile 2024, que llegó a Europa como parte de la XXIII edición del Festival In-Edit Barcelona, uno de los certámenes más relevantes del mundo dedicados al cine documental musical.

La función contó con la presencia de su directora Ana L’Homme y del productor Eduardo Fuenzalida, académico de la Escuela de Animación de la Facultad de Arquitectura, Animación, Diseño y Construcción de Universidad de Las Américas. Además, estuvieron presentes los directores de In-Edit Chile, Javiera Undurraga y Carlos Mora, junto a Natalia Cament, integrante del equipo de producción.

El documental, narra la historia y el legado de la cantora campesina Mauricia Saavedra, explorando la fuerza de la memoria oral y la resistencia femenina en el campo chileno. La obra fue recibida con una emotiva ovación del público español, reafirmando el interés internacional por las voces populares y las narrativas de identidad latinoamericana.

“Fue una experiencia profundamente significativa, ver cómo una historia tan local, tan nuestra, dialoga con espectadores de otra cultura demostrando el poder universal del canto y la memoria”, comentó Fuenzalida.

En esa línea, destacó la importancia de que las producciones chilenas circulen en espacios internacionales donde confluyen música, cine y memoria social. Su presencia en el festival forma parte de su línea de trabajo como productor y docente investigador, vinculando creación audiovisual, cultura popular y animación expandida.

La participación en In-Edit Barcelona 2025 consolida la proyección internacional del documental y del equipo creativo detrás de “Yo no canto por cantar”, que seguirá recorriendo salas y festivales durante 2025.

“Este proyecto me ha permitido unir investigación, creación y territorio. Ver cómo una historia profundamente local dialoga con audiencias internacionales confirma la importancia de seguir impulsando obras que resguarden memoria y cultura”, explicó el académico.

En ese sentido, agregó que “la voz de las cantoras campesinas merece viajar lejos, y que este documental cruce fronteras demuestra que la cultura popular sigue siendo un espacio de resistencia, encuentro y creación que vale la pena seguir llevando al mundo”, concluyó Fuenzalida.