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Hablar de acreditación, en nuestra Facultad, es hablar de personas. Detrás de cada logro hay equipos que han trabajado con rigor, reflexión y una convicción que, al mirarla desde dentro, emociona. Alcanzar cinco años de acreditación institucional y contar con el 100% de nuestras carreras pedagógicas acreditadas no fue fruto del azar, sino el resultado de un trabajo sostenido que ha unido a las carreras, sus directivos y académicos en torno a una meta compartida: transformar vidas y ampliar oportunidades mediante un aprendizaje inclusivo, con prácticas innovadoras y efectivas.

Este proceso se desarrolla en un contexto nacional que también vive tensiones. Chile cuenta con un sistema de aseguramiento de la calidad sólido y exigente, que ha elevado los estándares de la formación inicial docente. Pero ese mismo marco deja a veces poco espacio para la innovación y la flexibilidad, condiciones esenciales para preparar a los profesores que el siglo XXI necesita. Nuestro desafío ha sido demostrar que calidad e innovación pueden avanzar juntas, cuando hay propósito, coherencia y trabajo en equipo.

En esa línea, impulsamos el Proyecto Institucional de Innovación (PRIC), que nos convoca a actualizar nuestros sellos y responder a las nuevas demandas sociales y profesionales. Revisar los planes formativos desde la evidencia, fortalecer la articulación entre docencia y práctica, e incorporar nuevos programas —como las prosecuciones de estudios, que contribuirán a enfrentar el déficit de docentes en el país— son pasos concretos en ese camino. Actualmente, dos carreras se encuentran en pleno proceso de acreditación y las otras dos se preparan activamente para iniciar sus autoevaluaciones, consolidando un ciclo de mejora continua que involucra a toda la comunidad académica y formativa.

Nuestro sello es claro: un modelo formativo basado en la práctica, una formación apoyada en la transformación digital, el compromiso y la responsabilidad social, y currículos flexibles y articulados que fortalecen las trayectorias de aprendizaje. Estos pilares nos distinguen y nos proyectan como una Facultad que se atreve a repensar la formación docente desde la evidencia, la innovación y la responsabilidad pública.

Acreditar no es cumplir, es avanzar. Avanzar con sentido crítico, con pensamiento académico y con la certeza de que la calidad no se impone: se construye, se investiga, se evalúa y se comparte. Hoy más que nunca, nuestra tarea es sostener la mejora, abrir espacios a la innovación y seguir demostrando que una Facultad comprometida puede liderar, aprender y transformar la educación del país.

María Jesús Honorato Errázuriz Decana, Facultad de EducaciónUniversidad de Las Américas