Dos académicos de la Facultad de Medicina Veterinaria y Agronomía UDLA fueron seleccionados en la convocatoria Patenta Innova UDLA 2025, iniciativa de la Dirección de Desarrollo y Transferencia (DDT) que busca apoyar la protección de resultados de investigación con potencial de transferencia y posicionar a la Universidad en el ecosistema de innovación nacional. 

Los proyectos adjudicados, liderados por la Dra. Patricia Poblete-Grant y el Dr. Jonathan Suazo, abordan uno de los grandes desafíos de nuestro tiempo: la necesidad de avanzar hacia una agricultura sustentable, eficiente y con impacto positivo en el medioambiente. 

El proyecto encabezado por la Dra. Poblete-Grant consiste en el desarrollo de un biofertilizante de origen orgánico, formulado a partir de desechos naturales y soluciones inspiradas en procesos de la naturaleza. Su aplicación está orientada a mejorar la fertilidad del suelo y la eficiencia en el uso de nutrientes en cultivos de tomate, aportando una alternativa tecnológica innovadora para productores agrícolas. “Ganar el proyecto Patenta Innova UDLA es un impulso enorme: valida nuestra investigación y demuestra que la ciencia que hacemos en la universidad puede transformarse en innovación real y protegida, con impacto directo en la agricultura y la sustentabilidad”, señaló la académica. 

Por su parte, el Dr. Jonathan Suazo lidera un proyecto que propone la formulación de un fertilizante basado en biochar, elaborado a partir de residuos de café y un mineral volcánico. Esta combinación ofrece una alternativa innovadora y sostenible para la agricultura, pues mejora la estructura del suelo y su capacidad de retención de agua, al mismo tiempo que aporta nutrientes esenciales. Además, impulsa la economía circular al valorizar residuos agroindustriales y minerales que muchas veces se descartan. “Ganarme el proyecto PATENTA INNOVA UDLA 2025 es una oportunidad única para poder escalar una idea a un producto aplicado. Además, la posibilidad de recibir apoyo para patentarlo me permitirá asegurar su valor y originalidad. Pero por, sobre todo, lo más gratificante de todo esto, es la oportunidad de poder contribuir activamente hacia una agricultura más sostenible.”, destacó Suazo.

El avance de estas investigaciones no solo contribuye al desarrollo científico, sino que también responde a la necesidad urgente de transformar la forma en que producimos alimentos. La degradación de suelos, el impacto del cambio climático y la presión por aumentar la productividad agrícola hacen que la generación de biofertilizantes y tecnologías más limpias sea un eje central para garantizar la seguridad alimentaria del futuro.