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La carrera de Psicología de Sede Concepción, llevó a cabo una capacitación en convivencia escolar dirigida a más de 100 docentes y asistentes de la educación del Departamento de Administración de Educación Municipal (DAEM) de Talcahuano. La actividad, desarrollada en dos jornadas, tuvo como objetivo entregar herramientas prácticas que permitan fortalecer el rol de los profesionales de la educación y abordar de manera efectiva los desafíos que enfrenta actualmente la comunidad escolar.

La instancia formativa fue liderada por Jorge Gutiérrez, académico de la carrera de Psicología, y Matías Cruces, coordinador del Centro de Atención Psicológica (CAPS) de UDLA, quienes contaron con el apoyo de estudiantes en práctica que colaboraron en el desarrollo de los talleres, aportando al fortalecimiento de las redes educativas locales.

Sobre la actividad, Matías Cruces declaró que el propósito fue otorgar un espacio de co-construcción del conocimiento, cuyo objetivo fue empoderar a los participantes en su rol y reconocerlos como agentes de cambio. Subrayó que la convivencia escolar no recae únicamente en el equipo de convivencia, sino que es una tarea compartida por todas las personas que forman parte de una comunidad educativa. En este sentido, se reafirmó que todas y todos quienes integran un establecimiento educacional son agentes y partícipes del cambio en el ambiente escolar.

Cruces también destacó el trabajo realizado por estudiantes de Psicología, quienes participaron activamente en el diseño de las actividades prácticas desarrolladas durante la jornada. Asimismo, subrayó que este tipo de instancias responden a un convenio de beneficio mutuo, ya que el CAPS brinda atención a estudiantes y apoderados derivados por los equipos de convivencia escolar, y son justamente los propios estudiantes de la carrera quienes participan en esta entrega de apoyo.

El director del DAEM de Talcahuano, Rodrigo Valdebenito, agradeció la iniciativa y destacó el trabajo y esfuerzo de quienes coordinaron y desarrollaron los talleres. “Estamos convencidos de que el trabajo en equipo es esencial para que este tipo de instancias se lleven a cabo con éxito”, declaró.

“La convivencia escolar ha tomado un protagonismo fundamental en nuestras comunidades educativas. Hoy, su importancia es equivalente a la de los procesos pedagógicos del modelo educativo. Sabemos que la convivencia no se limita únicamente a los estudiantes, sino que también se construye en la relación entre pares, con los apoderados, entre docentes y, por supuesto, entre profesores y estudiantes. Garantizar un buen clima de convivencia es clave para generar espacios reales de aprendizaje y bienestar”, señaló Valdebenito.

Asimismo, recalcó que más allá del cumplimiento normativo, lo relevante es cómo lo aprendido se transforma en acciones concretas que generen un impacto positivo en las comunidades. Estas instancias de capacitación no deben limitarse solo al contenido, sino que deben inspirar a los participantes a convertirse en agentes de cambio, monitores y embajadores de una buena convivencia al interior de las unidades educativas que representan.

Por su parte, Francisca Carvallo, psicóloga del Liceo Almirante Pedro Espina Ritche, valoró el intercambio de vivencias con otros profesionales, destacando que su experiencia en el tema no limita su interés por conocer cómo sus colegas abordan el trabajo desde diferentes estilos y métodos. “Me parece muy enriquecedor que muchos reconozcan prácticas que ya aplicaban, pero a las cuales ahora pueden otorgar un respaldo teórico. Tal vez no se consideran especialistas, pero al revisar el material se percatan de que sí lo son y que sus acciones generan un impacto significativo”.

La profesional, además, declaró que muchas veces las personas no son plenamente conscientes de que ya cuentan con habilidades personales que les han permitido enfrentar situaciones complejas de manera efectiva. Este reconocimiento resulta especialmente valioso para quienes, sin una formación formal en convivencia escolar, desempeñan un rol clave en la dinámica educativa diaria, como los inspectores de piso o los paradocentes, quienes con frecuencia mantienen un vínculo más cercano con los estudiantes que los propios docentes.