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El proyecto “Intervención zoosanitaria en mascotas de personas adultas mayores de Juntas de Vecinos del Programa de Intervención Comunitaria de Maipú, desde el punto de vista de ‘Un Mundo – Una Salud’”, adjudicado a través del fondo concursable de Vinculación con el Medio UDLA 2024, fue liderado por la académica Romy Weinborn en en alianza con el Programa (PIC). Esta experiencia interdisciplinaria permitió llegar de manera directa a personas mayores habitantes de barrios en los que el PIC ha generado vinculación y diversas intervenciones comunitarias. pertenecientes a organizaciones territoriales en Maipú. 

“El enfoque ‘Un Mundo – Una Salud’ subraya la interconexión entre la salud humana, animal y ambiental. En este proyecto, aplicarlo significó reconocer que la salud de las personas mayores y la de sus mascotas están profundamente vinculadas”, explicó Weinborn, destacando cómo la tenencia responsable de animales también incide en el bienestar mental y físico de sus cuidadores. 

El trabajo territorial se desarrolló en tres etapas. En la primera, se llevaron a cabo charlas educativas sobre zoonosis con énfasis en la tercera edad, con la activa participación de estudiantes de la carrera. Respecto a esto último, la académica señaló que “fue muy gratificante ver cómo Vania Castañeda, quien entonces era alumna y hoy ya titulada, asumió un rol protagónico en las actividades formativas”, comentó la académica. Quien señala que Castañeda, además, resultó beneficiada con un semillero de investigación gracias a su trabajo en el marco del proyecto, relevando cómo las experiencias de Vinculación con el Medio contribuyen al proceso formativo de las y los estudiantes. 

En sintonía con lo anterior, Castañeda relevó la experiencia como significativa para su proceso de formación: “Sentí cómo mi rol como futura médica veterinaria, puede ser un potente puente entre el conocimiento científico y la comunidad, especialmente dentro de un enfoque tan valioso como “Un Mundo – Una Salud”. Nuestra carrera entiende fuertemente que la salud de los animales, las personas y el entorno están íntimamente conectadas. Aprendí y viví cómo la salud no se trabaja solo en hospitales o clínicas, sino también en espacios comunitarios. Contribuir al bienestar colectivo desde un enfoque preventivo y educativo, es un honor.” 

Además, agregó que esta experiencia le “permitió salir de las salas y aplicar lo aprendido en un contexto real, donde la teoría cruza con las emociones, con el vínculo humano y, sobre todo, con la responsabilidad social, que siempre ha sido un motor para mí. Es lindo ver en el contexto real, cómo un profesional no solo cura, sino que también educa, previene y aporta para tener una sociedad más informada. Y eso, es justamente lo que quiero seguir haciendo en mi carrera. 

En la segunda etapa, se realizó un operativo de control sanitario con vacunación antirrábica a perros, en el que participaron estudiantes de práctica clínica. Posteriormente, se analizaron muestras caninas para detectar la presencia de anticuerpos y bacterias bucales con potencial zoonótico. Parte de estos resultados fueron presentados por el Dr. Leandro Cádiz en las Jornadas Científicas del Instituto de Salud Pública 2025. 

La implementación territorial fue posible gracias a la colaboración del Programa de Intervención Comunitaria (PIC), que facilitó la articulación con las juntas de vecinos (JJVV) involucradas. “Las JJVV son actores clave en la organización y cohesión comunitaria. Su colaboración fue esencial para llegar efectivamente a los adultos mayores y sus mascotas”, indicó Weinborn. El PIC, por su parte, apoyó con la coordinación logística y vincular el trabajo en terreno, asegurando que las intervenciones respondieran a las particularidades locales. 

Desde el Programa, Tamara Valencia, coordinadora en Campus Maipú, señaló que en este proceso “El PIC facilitó la articulación entre las JJVV y otros miembros de la comunidad, creando puentes de comunicación y cooperación. Esto no solo hizo posible la ejecución del proyecto, sino que también reforzó el compromiso comunitario”, añadió.  

La experiencia dejó valiosos aprendizajes para el trabajo interdisciplinario y la vinculación territorial. “Este tipo de colaboración demuestra lo importante que es integrar el conocimiento académico con la experiencia local”, sostuvo Weinborn. Adaptar las intervenciones al contexto, fomentar redes colaborativas y mantener una evaluación continua fueron algunas de las claves del éxito. 

Este proyecto no solo visibiliza el rol activo de la universidad en salud comunitaria, sino que consolida una metodología que combina ciencia, docencia y compromiso social, fortaleciendo la relación entre UDLA, sus estudiantes y los territorios que habitan.