Los laboratorios del Campus Santiago Centro se transformaron en un espacio de aprendizaje activo y exploración científica para estudiantes de tercero básico, sexto básico y segundo medio del Colegio Santa Margarita de San Miguel. A través de talleres prácticos en biología y química, organizados por el Instituto de Ciencias Naturales, se buscó fortalecer los contenidos del currículo nacional mediante experiencias educativas significativas.

Las actividades incluyeron la observación microscópica de células vegetales, análisis de la composición de alimentos y experimentos con reacciones químicas, según el nivel educativo. Cada sesión fue diseñada para reforzar el conocimiento teórico de los escolares, con un enfoque práctico y lúdico que los conectara directamente con fenómenos naturales y procesos químicos presentes en su vida cotidiana.

Experiencia formativa con impacto

La académica María Graciela Loyola, coordinadora del Instituto de Ciencias Naturales del Campus Santiago Centro, explicó que esta experiencia busca “llevar a la práctica los contenidos curriculares que los colegios a veces no pueden desarrollar por falta de infraestructura”. Según indicó, observar células vegetales bajo el microscopio o presenciar cambios de color en experimentos les permite a los escolares fijar conceptos que de otro modo serían meramente teóricos.

En la misma línea, la académica Paola Gallegos, académica transversal del área de Química del campus, subrayó que los talleres permiten que los niños comprendan la composición de los alimentos y vean, a través de cambios visuales, cómo identificar proteínas o carbohidratos. “Así interiorizan el valor de una alimentación saludable con fundamentos científicos”, comentó.

Aprendizaje práctico y apertura de nuevas posibilidades

Francesca Fuenzalida, académica transversal del área de Química del Campus Maipú, destacó el valor formativo de estas experiencias. “La ciencia muchas veces se enseña de forma muy alejada. Aquí los niños descubren que las sustancias que usan a diario también son parte de su aprendizaje, y eso les cambia la perspectiva”, señaló.

Por parte del colegio, el profesor de Ciencias Naturales, Walter Araya, aseguró que “la experiencia fue fascinante” para sus estudiantes, quienes no solo valoraron los experimentos, sino también el entorno universitario. “Esto abre una ventana de posibilidades para nuestros estudiantes. Les mostró que pueden aspirar a llegar a una universidad como esta”, dijo.

Con este tipo de iniciativas, UDLA reafirma su compromiso con una formación científica temprana, integrando el aprendizaje experiencial con la vinculación territorial, y abriendo espacios para que niños y niñas proyecten su futuro desde el conocimiento y la curiosidad.