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En el marco de la inauguración del año académico 2025, la Escuela de Traducción e Interpretación en Inglés de la Facultad de Comunicaciones y Artes organizó una jornada especial titulada “Sin traducción no hay historia”, que combinó un conversatorio académico con un nuevo capítulo del podcast Diálogos Ciudadanos.

La actividad contó con la destacada participación de Rafael Cavada, periodista con amplia trayectoria en televisión y radio, quien compartió sus experiencias profesionales en contextos internacionales, destacando la importancia crucial de la traducción en el ejercicio periodístico.

Durante la apertura, la directora de Escuela, Tania Rozas, destacó el rol esencial de la traducción como una herramienta ética y cultural. “La traducción no es solo una técnica o un proceso lingüístico, es el puente esencial que permite contar historias con fidelidad, especialmente en un mundo cada vez más globalizado y diverso. Sin traducción, la historia de las personas y los hechos puede perderse o distorsionarse”, sostuvo.

Cavada relató anécdotas que evidencian cómo las diferencias culturales y lingüísticas pueden marcar la diferencia entre el éxito y el fracaso profesional —e incluso la seguridad personal— para un periodista en terreno.

“En muchos países uno depende de intérpretes, pero también de la propia habilidad para conectar con las personas más allá de las palabras. La traducción va más allá de un simple diccionario, es interpretar la cultura, la intención y el contexto”, explicó.

Uno de los relatos más llamativos fue su paso por Medio Oriente, donde vivió situaciones que pusieron a prueba no solo sus conocimientos lingüísticos, sino también su capacidad de observación y empatía. En Palestina, por ejemplo, destacó cómo, a pesar de que dos comunidades separadas por apenas 40 kilómetros compartían religión y territorio, sus códigos de comportamiento eran radicalmente distintos. “Lo que para nosotros puede parecer un gesto inofensivo, para otros puede ser una ofensa gravísima. Y uno tiene que aprender eso rápido, porque la ignorancia cuesta caro”, comentó.

También recordó cómo, en Irak, un intérprete abandonó el vehículo al enterarse de que los periodistas pretendían comprar cerveza. “Nos dijo: ‘Para un buen musulmán, es tan culpable el que comete la falta como el que lo acompaña’. Y se fue caminando bajo 35 grados de calor”, relató.

Más allá de la barrera idiomática, el periodista hizo hincapié en la importancia de la empatía como herramienta clave para cualquier comunicador o traductor. “La empatía, la curiosidad y el respeto son una tríada que uno no puede dejar”, señaló.