Adscrita a Gratuidad

La segunda versión del ciclo de conversaciones Nuevas Materias tuvo como invitada a la Doctora, Belén Gallardo, investigadora del Núcleo Lenguaje y Creación de UDLA, quien presentó la charla “Arquitectura más que humana: notas desde la ecología”, instancia que fue moderada por Makarena Ceballos, académica de la Escuela de Arquitectura UDLA, y que contó con los comentarios posteriores de Marta Moya, también académica de la Escuela, y María José Marcos, académica de la Universidad de Alicante.

Nuevas Materias es un espacio creado por la Escuela de Arquitectura para reflexionar sobre los nuevos paradigmas que enfrenta la arquitectura y la construcción en un entorno profundamente afectado por la crisis climática, la cual impacta en todo el mundo.

La presentación de Gallardo se enfocó sobre cómo cambiar la perspectiva humana para pensar y diseñar desde una lógica ecológica, particularmente a partir de su experiencia como directora de la Fundación Reñihué Nature Conservancy en el valle de Riñihué, al norte de la Patagonia chilena.

“Durante más de cuatro años, lideré una fundación dedicada a proteger el valle de Reñihué, amenazado desde los años 90 por un proyecto de carretera que fragmentaría su conectividad ecológica. En ese entonces, se priorizaba la conectividad humana por sobre la más que humana, pero con el tiempo, tanto en Chile como a nivel global, surgió la pregunta sobre por qué solo la conectividad humana debía prevalecer. A partir de esa reflexión, nuestro equipo comenzó a trabajar”, comentó Gallardo.

Durante su presentación, compartió el trabajo desarrollado por la fundación a lo largo de cinco años, en el que documentaron la presencia de guiñas en la zona mediante el uso de cámaras trampa.

“Se recopilaron más de dos millones de fotos con cámaras trampa, muchas de ellas cenitales, instaladas con la esperanza de capturar imágenes de guiñas. Con el tiempo, reunieron suficiente material para identificar individualmente a 12 guiñas mediante sus patrones de manchas, desarrollando una metodología científica para su reconocimiento. Se asignaron nombres de plantas y observaron sus distintos comportamientos; algunas eran madres, otras vivían solas o en zonas aisladas”, explicó la doctora.

El estudio no solo permitió identificar a estos no humanos, sino también entender las relaciones entre ellos, con el bosque y con los investigadores, destacando la comunicación olfativa entre guiñas y la complejidad de sus vínculos como parte de una comunidad más que humana.

Con esto, Gallardo propone repensar la arquitectura desde una perspectiva más que humana, observando formas de habitar móviles y relaciones invisibles en la naturaleza, como las de la guiña. Invita a imaginar infraestructuras que cohabiten con los ecosistemas, superando miradas fragmentadas y soluciones cerradas, y  además, plantea un puente entre ecología y arquitectura para diseñar desde la interconexión.

“Entonces, la invitación que les hago es a considerar que, aunque es comprensible que al ir al barrio se enfrenten a problemáticas concretas o conversaciones puntuales con una vecina, esas situaciones no están aisladas, forman parte de un ecosistema y de sistemas profundamente entrelazados. Comprender esto cambia la mirada. Una vez que entendemos que los barrios son tejidos complejos, parte de ecosistemas más amplios, no podemos volver a abordarlos desde perspectivas fragmentadas. Hacerlo solo nos llevará a reproducir las formas de arquitectura que ya conocemos, aquellas que no han logrado responder de manera transformadora a las realidades del territorio”, concluyó la investigadora.