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La Facultad de Salud y Ciencias Sociales realizó una ceremonia para marcar el inicio de las prácticas profesionales de los estudiantes de quinto año de la carrera de Terapia Ocupacional. El objetivo de esta actividad fue definir un “hito académico” en el desarrollo profesional de los estudiantes, quienes se están preparando para enfrentar un momento crucial en su formación.

Esta actividad se realizó en el Auditorio de Campus Providencia, donde asistieron 80 estudiantes, acompañados de familiares y amigos. El encuentro incluyó un conversatorio en el que se reconoció el esfuerzo del estudiantado, validando los vínculos establecidos con sus compañeras, compañeros y docentes. Ignacio
Catalán, académico disciplinar de la carrera de Terapia Ocupacional, afirmó que “la ceremonia representa un momento significativo en la formación académica y personal de nuestros estudiantes”, relevando la importancia de este acto simbólico en su proceso educativo.

Durante la jornada las autoridades académicas enfatizaron acerca de los nuevos desafíos que los estudiantes enfrentarán en sus prácticas profesionales,
reafirmando su compromiso con los usuarios y la comunidad. Daniela Naranjo, académica disciplinar, agregó: “Este momento marca el comienzo de un camino
donde podrán aplicar sus conocimientos, fortalecer sus competencias y reafirmar su compromiso con el quehacer profesional” .

Además de reconocer este hito académico, se premió al estudiante “Espíritu UDLA” por campus y al docente destacado, elegido por el estudiantado. Valeska Merino, terapeuta ocupacional y egresada de UDLA, compartió su testimonio: “El compromiso de UDLA en reconocer y valorar el esfuerzo de cada uno de los
alumnos y sus familias es fundamental en este camino de formación profesional”.

Con la celebración de esta ceremonia se cierra un importante capítulo en la formación de los estudiantes de Terapia Ocupacional, mientras se abre un nuevo
desafío que los invitará a empoderarse en su rol como profesionales, poniendo en práctica sus conocimientos y habilidades en beneficio de la comunidad. Este acto no solo refuerza el compromiso ético y profesional con las personas y comunidades a las que servirán, sino que también promueve una identidad profesional que tiene como base la justicia social, la inclusión y el respeto por la diversidad funcional y cultural.