Investigador de UDLA participa en estudio sobre los efectos del entrenamiento de fuerza en la autonomía funcional y calidad de vida de personas mayores
Publicado el 28 de marzo de 2025
Integrantes del Núcleo de Investigación en Salud, Actividad Física y Deporte (Isafyd) de Sede Viña del Mar colaboran en un estudio que tuvo como objetivo determinar los efectos de un programa de entrenamiento de fuerza en bloques, basado en el carácter del esfuerzo, sobre la autonomía funcional y la calidad de vida auto percibida en mujeres mayores que viven en la comunidad.
Los resultados de la investigación fueron publicados en la revista Retos, Nuevas Tendencias en Educación Física, Deporte y Recreación, indexada en Web of Science (factor de impacto de 1.2, clasificada en el cuartil Q3 en el área de Hospitality, Leisure, Sport & Tourism), a través del artículo “Block Strength Training Improves Functional Autonomy and Quality of Life in community-dwelling older women”, el que forma parte del macroproyecto “Envejecimiento Activo”. Este último se ha desarrollado en conjunto entre el Núcleo Isafyd e investigadores de las universidades San Sebastián y de Playa Ancha.
El Dr. Álvaro Huerta, académico director del núcleo, explicó que “el entrenamiento de fuerza en bloques es una metodología con larga trayectoria y que ha sido optimizada a lo largo de los años. En este estudio, el Dr. Emilio Jofré, de la Universidad San Sebastián, adaptó esta metodología para entrenar a personas mayores, enfocándose en disminuir la pérdida de fuerza, potencia y resistencia muscular, principalmente porque esos son factores clave en la reducción de la funcionalidad en esta población”.
De esta manera, con el propósito de preservar la autonomía funcional y optimizar la coordinación neuromuscular, la potencia y la resistencia muscular, el programa incluyó tres bloques específicos, estructurándose el entrenamiento en base al esfuerzo. El programa tuvo una duración de 12 semanas, divididas en tres bloques de cuatro semanas cada uno. De manera específica, el primer bloque de entrenamiento fue diseñado para generar una adaptación neuromuscular, el segundo para desarrollar la fuerza explosiva de las extremidades superiores e inferiores y el tercero para mejorar la resistencia muscular global de las extremidades superiores e inferiores. La estructura del entrenamiento se basó en la ejecución de un porcentaje de las repeticiones evaluadas, evitando la fatiga y el agotamiento, incluyendo ejercicios como sentadillas, empujes, remo, prensa de piernas y peso muerto. Se programaron sesiones dos veces por semana, con una duración de 60 minutos cada una, divididas en calentamiento, ejercicios de fuerza y vuelta a la calma. La autonomía funcional fue evaluada con el protocolo GDLAM (del Grupo Latinoamericano de Desarrollo para la Madurez), mientras que la calidad de vida se midió con la escala WHOQOL-BREF, a través de cuatro dimensiones de salud física, salud psicológica, relaciones sociales y ambiente.
La intervención fue dirigida por el académico de la Universidad de Playa Ancha Sergio Galdames, en colaboración con integrantes del núcleo Isafyd, junto con profesionales y estudiantes de las casas de estudio. Al término de las 12 semanas, 18 mujeres mayores de Valparaíso, con edades entre 63 y 86 años, terminaron satisfactoriamente la intervención.
Al finalizar el estudio, las participantes mostraron mejoras significativas en su autonomía funcional y en dos de las cuatro dimensiones de calidad de vida evaluadas. “El entrenamiento en bloques basado en el carácter del esfuerzo demostró ser una estrategia efectiva para fomentar el envejecimiento saludable en la comunidad”, señaló el Dr. Huerta, quien agregó que ” pese a que aún no contamos con una escala cualitativa para la población chilena, el entrenamiento en bloques progresivos basado en el carácter del esfuerzo generó que las participantes pasaran de un nivel “regular” a “bueno” en la autonomía funcional evaluada a través del protocolo GDLAM”.
El académico comentó que en la población chilena, las cifras y proyecciones han estimado que “la expectativa de vida para el 2050 será de 80,7 años. Sin embargo, la evidencia científica ha descrito un fenómeno denominado paradoja del envejecimiento, afectando principalmente a las mujeres mayores. Esta ha demostrado que, a la misma edad, las mujeres mayores presentan un aumento de la prevalencia de enfermedad y dependencia física que los hombres, afectando negativamente al rendimiento en las actividades de la vida diaria, la autonomía funcional y la calidad de vida en este segmento de población. Por lo tanto, iniciativas como la aplicación de bloques progresivos basado en el carácter del esfuerzo deberían ser permanentes en el tiempo”.