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En el marco de la asignatura LIC 820 (Línea de Intervención Comunitaria), estudiantes de Psicología de régimen Vespertino llevaron a cabo una intervención en el Colegio San Nicolás de Canal Chacao, Viña del Mar, dirigida a estudiantes desde séptimo básico hasta segundo medio. El objetivo central de esta iniciativa fue fortalecer las habilidades socioemocionales de los alumnos y generar un entorno escolar más positivo. Los proyectos incluyeron talleres de autorregulación emocional y actividades prácticas enfocadas en la mejora de los espacios públicos cercanos al establecimiento.

Derek Chávez, estudiante de cuarto año de Psicología, señaló la importancia de la autorregulación para prevenir conflictos en el aula: “los estudiantes recién entran a la adolescencia, una etapa en la que las emociones pueden ser difíciles de manejar. Nos enfocamos en ayudarles a regular sus emociones para evitar conflictos futuros.” Para esto, los estudiantes participaron en actividades como la visualización de un corto cinematográfico, que les permitió identificar emociones y reflexionar sobre ellas. En sintonía con lo anterior, la académica Roxana Flores destacó la pertinencia del taller para esta etapa emocionalmente compleja. “Séptimo básico es una etapa muy problemática en términos emocionales, y este taller les está ayudando a entender lo que sienten en su día a día. Al principio les costó conectar, pero con la guía de los estudiantes de Psicología crearon un ambiente de participación y reflexión, lo cual ha sido muy enriquecedor”.

La intervención no solo tuvo un enfoque en el desarrollo emocional de los estudiantes, sino también en la construcción de un sentido de pertenencia a la comunidad. Los estudiantes de Psicología propusieron un proyecto de renovación de espacios públicos cercanos al colegio, específicamente una plaza utilizada por los estudiantes. Pía Flores, una de las estudiantes a cargo del proyecto, explicó cómo integraron la importancia de las áreas verdes para el bienestar emocional de los adolescentes: “Está comprobado que tener áreas verdes cerca y hacer actividades en estos espacios mejora la salud mental. Por eso decidimos enfocar parte de nuestra intervención en la renovación de este espacio, involucrando a los estudiantes en todo el proceso.”

En este sentido, el trabajo con los alumnos de segundo medio se centró en promover el trabajo en equipo, la empatía y el respeto mutuo. Valentina Muñoz, también estudiante de Psicología, relató cómo se desarrollaron las actividades con este grupo: “Nuestro objetivo fue que los estudiantes comprendieran la importancia de convivir en armonía y colaborar con los demás. Al principio estaban un poco tímidos, pero con el tiempo se fueron motivando y comenzaron a participar activamente. Esperamos que comprendan que, aunque tienen ciertas libertades, también deben respetar los límites para no transgredir al otro.” La profesora Geraldine Novoa, encargada del curso, destacó el valor de este tipo de proyectos: “El embellecimiento de la plaza cercana al colegio no solo contribuye al entorno, sino que también motiva a los estudiantes a valorar los espacios comunes. Además, interactuar con estudiantes universitarios les da una visión positiva sobre la educación superior.”

El proyecto también fomentó la participación activa de los estudiantes en la toma de decisiones. “Les preguntamos qué querían hacer en la plaza y cómo hacerlo. De esta manera, todo lo que realizamos fue resultado de sus propias ideas. Esto les dio un sentido de pertenencia y motivación para trabajar en conjunto”, agregó Flores. Además, como parte de la intervención, los estudiantes diseñaron y realizaron un mural, instalaron plantas y mejoraron otras áreas comunes, lo que permitió a los estudiantes sentir que su trabajo estaba dejando una huella tangible en su comunidad.

Desde la perspectiva institucional, la psicóloga Lorena Bobadilla, encargada de la gestión de convivencia escolar en el Colegio San Nicolás, expresó el valor de la colaboración con UDLA: “Este tipo de proyectos nos permite activar nuestras redes de apoyo y favorecer el desarrollo emocional de nuestros estudiantes. Los talleres no solo benefician a los alumnos, sino que también nos ofrecen un aprendizaje mutuo.” Bobadilla también mencionó que la diversidad de los estudiantes implica que los resultados varíen según cada individuo, pero el impacto global en la cohesión y el trabajo en equipo es significativo. “Lo importante es que los proyectos como este promueven la integración y el trabajo conjunto, y dejan un legado tangible, como el embellecimiento de la plaza, que los estudiantes podrán ver y recordar”.