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Maribel González, académica investigadora de Pedagogía en Educación Diferencial y Directora del Grupo de Investigación en Interculturalidad, Lengua de Señas y Didácticas Inclusivas (ILENDI) de nuestra universidad, participó como jurado para el Primer Concurso Nacional de Literatura Sorda del Ministerio de Educación.

La académica investigadora, junto con representantes de organizaciones de la comunidad sorda, fue convocada para diseñar y desarrollar las bases del concurso y posteriormente, fue una de las encargadas de premiar a los estudiantes ganadores.

De acuerdo con una publicación del sitio web del Ministerio de Educación, el objetivo del concurso fue “promover el desarrollo del lenguaje y la comunicación de estudiantes con discapacidad auditiva” y así poder “rescatar experiencias de la infancia sorda y abrir espacios para el desarrollo de la literatura sorda en nuestro país”.

“La participación en este concurso ha sido muy significativa, ya que junto con nuestro equipo de investigación, estamos desarrollando un estudio acerca de la literatura sorda chilena. En este proceso, nos hemos dado cuenta de la existencia de diversas iniciativas de creación artística por parte de artistas sordas y sordos. El visibilizar estas producciones culturales contribuye al rescate y la preservación del patrimonio de la comunidad sorda. Al mismo tiempo, resulta un incentivo paras las infancias y juventudes para crear literatura que ponga de relieve su propia lengua y experiencia de vida sorda” comentó.

Andrea Pérez Cuello, profesional del área de Atención a la Diversidad/Aprendizajes para el siglo XXI de la División de Educación General del Ministerio de Educación, explicó cómo surgió el concurso: “El Concurso Nacional de Literatura Sorda nace de la necesidad de ofrecer a niños, niñas y jóvenes sordos mecanismos para la expresión de sus vivencias y fantasías mediante su vía natural de comunicación y expresión. Al tiempo de abrir espacios en las comunidades educativas para fortalecer el desarrollo del lenguaje, favorecer la comunicación y fomentar la lectura en una diversidad de formatos”.

De esta manera, el concurso no solo visibiliza la Lengua de Señas Chilena, sino que también le brinda espacio para que niños, niñas y jóvenes puedan crear historias y compartirlas a todos y todas, siendo así una base para el desarrollo del lenguaje emocional, afectivo y social.