Estas en: Egresados Destacados Entrenadora paralímpica y egresada UDLA: “mis profesores avivaron la curiosidad y la resiliencia en mi”
Publicado el 4 de noviembre de 2024
¿En qué juegos paraolímpicos has participado como entrenadora?
Mis primeros juegos paralímpicos fueron Rio 2016, ocasión en la que llevaba cerca de un año trabajando como preparadora física de Alberto Abarza, nadador paralímpico. Posteriormente, en Tokio 2020, con el mismo deportista logramos ganar dos medallas de plata y una de oro.
¿Cuál ha sido el triunfo que más te ha marcado en tu carrera y por qué?
Vinculada al rendimiento de mis deportistas, fue la primera medalla mundial que obtuvimos con Alberto (3 bronces en mundial Ciudad de México 2017), ya que, cuando comencé mi camino como entrenadora, jamás imaginé tener a un deportista en un podio mundial.
¿Qué habilidades crees que deba tener un entrenador de alto rendimiento?
El entrenador de alto rendimiento debe tener tres habilidades esenciales:
Creatividad, ya que no es nada fácil diseñar un plan de entrenamiento adecuado en este nivel sin generar lesiones y llegar al peak del rendimiento en competencia. Hay que ser creativo para estructurar y reestructurar la rutina las veces que sea necesario, utilizando los conocimientos que tenemos.
Tolerancia a la frustración, ya que a veces el deportista puede tener un accidente en entrenamiento, enfermarse, dormir mal, tener problemas socio afectivos, entre otras cosas y las cosas no resultan como las planeas.
Curiosidad, para mí, ha sido fundamental estar al tanto de lo que hacen en otros deportes, las herramientas y sistemas con las que contamos para extraer de otros lo que me pueden servir en mis deportistas, el estar siempre investigando el por qué de las cosas también amplia tu mirada y te entrega más herramientas que podrás usar posteriormente.
¿Cómo ves el panorama de los juegos paralímpicos en Chile?
En general, va bastante bien, va creciendo de manera exponencial. Por un lado, contamos con personas con discapacidad que han practicado deporte como parte de su terapia, tanto en sistema público, como privado, siendo un país pionero en el área de la rehabilitación y los protocolos vinculados con el deporte.
Por otro lado, el comité paralímpico ha ido optimizando sus recursos con el transcurso del tiempo, además, las inversiones del Gobierno en infraestructura han aportado a la motivación de nuestros deportistas paralímpicos.
También es importante mencionar que los medios de comunicación y las empresas han aumentado la cobertura, apoyo y visibilidad de nuestros deportistas nacionales, lo que genera bastante motivación en nuevas generaciones.
¿Cuál crees que es la importancia de educar sobre deporte adaptado en la Universidad para los próximos profesionales del área deportiva?
Es de suma importancia, ya que la funcionalidad de personas con discapacidad ha demostrado aumentar de manera significativa. Por otro lado, incentiva a la confianza, autoestima, autonomía, la creación de vínculos, entre tantos otros beneficios que tiene el deporte a los que personas con discapacidad no siempre tienen acceso.
Muchos entrenadores se titulan sin conocer a gran escala qué deportes son adaptados, sus reglas, o algo tan básico como las adaptaciones en el plan de entrenamiento que se requieren para cada tipo de discapacidad o patología. No es lo mismo trabajar con alguien que ha sido amputado recientemente que con alguien que nació sin alguna extremidad, por las adaptaciones que se van generando durante estos procesos, tampoco es lo mismo trabajar con un atleta con discapacidad visual, que con uno parapléjico.
¿Qué herramientas te entregó UDLA para desempeñarte como profesional?
Mis profesores avivaron bastante la curiosidad y la resiliencia en mí, incluso en momentos complejos sabía que podía contar con ellos. Lo que también intento entregar a mis deportistas, el ser más empática, flexible, y las herramientas para emprender mi camino en el área de la investigación, lo que me ha llevado a continuar mi camino actualmente hacia mi doctorado.