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Egresado de la carrera de Derecho de la Sede Concepción en 2011, Samy Hawa, ha construido una carrera destacada en el ámbito académico y profesional. Su trayectoria como profesor incluye instituciones como Universidad de Las Américas y la Universidad Andrés Bello en Concepción, así como la Academia Nacional de Estudios Políticos y Estratégicos (Anepe) y el Centro Conjunto para Operaciones de Naciones Unidas (Cecopac). Actualmente, imparte clases de Derecho Internacional Privado y Derecho Migratorio en la Universidad de Talca

En su faceta profesional, Hawa ocupa el cargo de abogado director de Límites en la Dirección Nacional de Fronteras y Límites del Estado, un organismo clave del Ministerio de Relaciones Exteriores de Chile.

 ¿En qué consiste tu cargo? ¿Cuáles son tus funciones?

La Dirección Nacional de Fronteras y Límites (Difrol) es un servicio especializado que asesora al gobierno en temas de límites y fronteras. Aunque depende del Ministerio de Relaciones Exteriores, cuenta con autonomía, presupuesto y marco jurídico propios. Difrol se divide en dos áreas: Fronteras y Límites. La Dirección de Límites, que tengo el privilegio de liderad, tiene como objetivo fundamental mantener la integridad territorial de Chile y gestionar casos como el juicio de La Haya por la delimitación marítima con Perú, preparando equipos especializados para defender nuestros intereses. Además, presido la Comisión Chilena de Límites, encargada de verificar y reponer hitos limítrofes con nuestros países vecinos, Argentina, Bolivia y Perú

¿Cuál es el impacto de tu trabajo en la defensa de los intereses soberanos de Chile y cómo contribuyen estos esfuerzos a la proyección y comprensión del territorio nacional?

 
Uno de los desafíos de mi trabajo es dirigir equipos que analizan y estudian documentos que no siempre son claros o perfectos, para así representar y defender adecuadamente los intereses soberanos de Chile. También nos preocupamos de las correctas representaciones de los mapas que contienen los límites internacionales de nuestro país. Por ejemplo, en 1984 se firmó el tratado de paz y amistad con Argentina que entre otras cosas, definió un límite en la parte compartida del Canal Beagle. Los buques, especialmente los cruceros que navegan hacia la Antártica, requieren una cartografía moderna y segura para navegar, y hasta hace poco no existía una cartografía náutica digital para esa zona. Una de mis tareas recientes fue coordinar con la Comisión de Límites de Argentina el desarrollo, junto con las marinas de ambos países, de una cartografía digital moderna y precisa, que ya está disponible para todos los usuarios que la requieran. Junto a la Armada de Chile, también hemos revisado la cartografía de los espacios marítimos chilenos, creando una imagen completa de nuestro territorio en el denominado gráfico 24, que será utilizada en la educación a nivel nacional en todos los niveles. Estos esfuerzos representan grandes logros para la integridad y difusión de nuestra soberanía.

¿Cuál ha sido tu logro más importante en lo profesional?

Mi logro más relevante ha sido validar mi origen académico y posicionar mi casa de estudios como parte fundamental de mi formación. Lo adquirido en UDLA es la base que ha permitido desarrollarme en mi carrera actual. En la Escuela de Derecho de la Universidad de Talca, imparto ambas secciones de Derecho Internacional Privado. Viajo a desde Santiago todos los viernes para dar clases y, mis pares y mis alumnos valoran mi experiencia. Cada año, me solicitan que imparta las clases y me facilitan los recursos necesarios (…). Por otro lado, me interesa mantener mi vinculación con UDLA, participando en un programa pionero de mentorías. Traigo estudiantes a hacer pasantías a la Difrol, donde antes solo venían alumnos de otras universidades. Esto genera un efecto multiplicador: cada egresado se convierte en embajador de UDLA (…) aspiro a que algún día haya autoridades públicas que sean egresados de UDLA. Puedo decir que me siento profundamente orgulloso de ser parte de esta Universidad.

¿Cómo recuerdas tu paso por UDLA?

Reflexionando sobre mi trayectoria, me siento profundamente agradecido por las conexiones y experiencias vividas durante mis años de estudio. Mantengo hasta hoy contacto con mis compañeros de curso y profesores, lo cual es significativo, especialmente considerando la alta rotación en la Universidad en la Sede de Concepción. Este vínculo es esencial porque refleja la calidad de relaciones que se generan en un programa Executive vespertino. En este entorno, estamos en un nivel de madurez que nos permite optimizar al máximo el tiempo juntos, tanto en el estudio como en momentos de disfrute. Además, muchas veces estas amistades se convierten en lazos familiares. Mi experiencia como estudiante fue extraordinaria. Aunque asistía a clases en la noche, viví una etapa enriquecedora que sentí que debía experimentar. Es gratificante saber que, hasta hoy, mantenemos contacto y que todos mis compañeros están bien posicionados en el ámbito jurídico en la región. También conservo una buena relación con los profesores, quienes son referentes en el derecho en la Octava Región.

¿Cuáles consideras que fueron las herramientas y valores que te entregó UDLA para tu desarrollo profesional?

Lo que más destaco de UDLA desde mi experiencia en la modalidad Executive es la entrega de herramientas prácticas para el ejercicio inmediato de la profesión. Un estudiante de 40 años no dispone del mismo tiempo que uno de 25 para recorrer la carrera, por lo que necesita conocimientos aplicables de forma inmediata. A menudo, existe cierta reticencia por parte de algunos profesores a compartir ese “dato práctico”, pero mis compañeros y yo sentimos que nuestros docentes nos proporcionaron información útil y herramientas clave, especialmente en áreas del Derecho Privado. En cuanto a habilidades blandas, Universidad de Las Américas siempre se ha preocupado por mantener un buen vínculo con organizaciones externas, lo que hoy sería la Vinculación con el Medio. En Concepción, aunque la casa central se encuentra en el Boldal, lejos del centro, nuestra Sede en Chacabuco está estratégicamente ubicada a solo tres cuadras de los Tribunales, frente al Registro Civil y muy cerca de la Fiscalía. Estábamos donde debíamos estar para el aprendizaje práctico del Derecho. Aún hoy, cuando paso por el sector y veo a los estudiantes conversando afuera, recuerdo lo importante que es esa ubicación para la carrera de Derecho en Concepción. Aunque no sea la sede principal, ese espacio le otorga una identidad y espíritu propios que son vitales para la carrera.

 

¿Qué consejos le da a los estudiantes y egresados interesados en desarrollarse en el ámbito de Derecho Internacional?

 Mi principal consejo es romper el prejuicio sobre el derecho internacional, que no está reservado solo para abogados de grandes estudios en Santiago, este campo se encuentra en todo Chile. Por ejemplo, estando recientemente en Puerto Williams, observé que los inmigrantes en dicha zona contaban con contratos laborales regulados por convenios internacionales, que los hacían únicos e irrepetibles, distintos a los contratos laborales de los connacionales; los migrantes que hoy son más de un millón en el país, requieren abogados preparados en todo Chile, un colega que no maneje estas normativas puede equivocarse al asesorar. El derecho migratorio, basado en tratados internacionales, introduce cláusulas diferentes a los contratos nacionales, como la obligación del empleador de ofrecer un viaje de regreso o la elección del sistema de previsión. Por eso, no hay que subestimar la importancia del derecho internacional, que está presente en cada rincón del país y siempre necesitará abogados capacitados, como aquellos que UDLA está preparando.