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Una más de las acciones desarrolladas por UDLA desde su Sede Viña del Mar para apoyar a las personas damnificadas por los incendios en la Región de Valparaíso, fue a través de la carrera de Nutrición y Dietética del Campus Los Castaños que preparó 1.200 almuerzos para familias de las juntas de vecinos La Esperanza de población Argentina Alto y Los Aromos de Canal Chacao de Quilpué.

Nuestra carrera debía estar presente apoyando a las personas que se vieron tristemente afectadas por los incendios, pues somos del área de la salud y estamos al servicio de la comunidad, honrando a la vez a uno de nuestros sellos institucionales, el compromiso comunitario. El apoyo que podíamos brindar de manera inmediata y a corto plazo, era entregar comida inocua, saludable y nutritiva, y para ello se planificaron almuerzos para 300 personas por cuatro días consecutivos”, comentó la Directora de Carrera, Gabriela Lizana, quien lideró esta acción junto a un equipo de voluntarios.

La académica detalló que los almuerzos fueron elaborados en el Laboratorio de Técnicas Dietéticas de la carrera bajo la estricta supervisión de nutricionistas, con el fin de velar por la inocuidad alimentaria y seguridad física de las personas que voluntariamente decidieron apoyar la labor, poniéndose en práctica todas las medidas exigidas en la normativa sanitaria, como por ejemplo, no utilizar pulseras, usar obligatoriamente a lo largo de la producción cofias y mascarilla, además de controlar la cadena de frío desde la compra de los insumos necesarios para los almuerzos hasta la preparación de los alimentos, entre otros. El porcionado se realizó de manera estandarizada, considerando el cálculo de gramajes previamente establecido por persona.

La nutricionista explicó que para la preparación de estos platos se consideraron varios factores, entre ellos el grupo objetivo, el que en esta oportunidad era desconocido. Por lo tanto, bajo esa premisa, sin saber la existencia de patologías de base, rechazos, aversiones, alergias y/o intolerancias alimentarias, la planificación se centró en la dieta básica de la población chilena, que es a base de papa, pasta y arroz, con la incorporación de una proteína.

Luego de ello, se consideró la cantidad de personas que apoyarían en las labores de cocina, el equipamiento funcional, espacio disponible para cocinar y los recursos para la compra de insumos, teniendo siempre en cuenta que el volumen diario de raciones. También se abordó el traslado de los productos y la mantención de la cadena de frío y las características organolépticas de las minutas, pues estas debían ser atractivas en color, sabor y olor. 

Luego de considerar todos estos factores, finalmente se planificó salsa boloñesa con espagueti, pollo al jugo con arroz primavera, pollo a la jardinera con espirales y carne con arroz primavera, platillos que fueron elaborados y distribuidos en Población Argentina y Canal Chacao por los voluntarios de nuestra Universidad”, dijo la directora de carrera.