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Yasna Barraza egresó de la Escuela de Terapia Ocupacional de Campus Providencia en el año 2019, actualmente se desempeña como coordinadora técnica en el  Establecimiento de Larga Estadía para Adultos Mayores (ELEAM) AURORA y parte del equipo de terapia ocupacional del Hospital Metropolitano en el área de rehabilitación hospitalaria.

Junto al equipo del Hospital, es autora del libro “Volver a ser: relatos de los sobrevivientes al Covid-19”, donde se visibiliza el trabajo y el compromiso de los terapeutas ocupacionales en pandemia.

Además, durante el pregrado a la actualidad, Yasna ha realizado atenciones a la comunidad de la Iglesia Cristiana Beraca, donde realiza visitas a terreno, trabajo en red y derivaciones al Centro de Salud Familiar (CESFAM) para mejorar la calidad de vida de las personas en situación de pobreza, destacando su empatía y espíritu de servicio e impulsando acciones a la comunidad.

¿Qué labores cumples en el Hospital Metropolitano?

Trabajo en la rehabilitación de los pacientes que llegan con distintas patologías y nosotros, como terapeutas ocupacionales, vamos evaluando las áreas cognitivas, emocionales, motoras, sociales y familiares. Como equipo, trabajamos de manera integral y holística para poder fomentar una mejor atención a los pacientes, para que puedan volver a sus hogares de una forma correcta.

¿Cuál es la importancia del acompañamiento profesional a personas en proceso de rehabilitación en el sistema de salud?

Considero que el acompañamiento terapéutico en los pacientes dentro del área de rehabilitación es uno de los objetivos principales de mi profesión. Es fundamental formar un vínculo con el usuario para lograr un mejor desempeño en el paciente, poder conocerlo, saber sus intereses y propósitos para fortalecer una relación más íntima y enriquecedora y así lograr juntos un objetivo principal.

En ese sentido, ¿cuál es la relevancia de la humanización en el sistema de salud?

Debemos reconocer a los pacientes como personas. Como terapeutas ocupacionales fomentamos la humanización dentro del área de salud porque se da mucho que el modelo biomédico ve a los usuarios como números, pero nosotros hacemos un trabajo de humanizar a la persona, por ejemplo, con carteles en el que se describe al paciente cuál es su apodo, qué cosas le gustan, qué intereses tiene de música, cuáles son sus actividades previas significativas, etc. Así, le damos esa información al contexto hospitalario reconociéndolo como un ser de derecho que necesita ser tratado como él quiere que lo traten.

¿Cómo ha sido tu experiencia trabajando con adultos mayores en el área ELEAM?

Con los adultos mayores trabajo bastante el enfoque de derecho, es decir, que ellos se reconozcan como seres ocupacionales, que sepan que pueden hacer actividades significativas y de interés para ellos, a pesar de estar en un centro de larga estadía, promoviendo la funcionalidad y un desempeño óptimo dentro del contexto hospitalario.  

UDLA te premió como egresada destacada en la categoría de Compromiso Comunitario, ¿cómo aportó la Universidad en desarrollar este valor en tu vida profesional?

Desde el primer año, Universidad de Las Américas me entregó habilidades y capacidades para trabajar con la comunidad, íbamos a distintas comunas y hacíamos diagnóstico participativo, y todo eso me permitió poder entender en los contextos que se encuentras los usuarios, no solamente a nivel institucional, sino que, en el entorno, su comunidad, sus habitantes y población, que me permiten desenvolverme de mejor manera.