Osvaldo Artaza, Decano de la Facultad de Salud y Ciencias Sociales, expuso como invitado experto en el ciclo: “Humanización en Salud: Avanzando en Cuidados Paliativos y Pediátricos”, organizado por el Instituto Nacional de Salud del niño San Borja e Instituto Breña, en Perú.

La autoridad UDLA participó del último seminario del ciclo, titulado “Humanización, formación de profesionales de la salud, gestores y administradores: El arte de hacer gestión humanizada en salud. ¿Y cómo hacemos la diferencia en Cuidados Paliativos y en los Cuidados Paliativos Pediátricos?”

En la instancia, se compartieron experiencias con destacados expositores provenientes de países como Perú, México, Bolivia, Brasil, España Cuba y Guatemala.

Artaza expuso sobre desafíos y recomendaciones para la humanización en el sistema de salud, en base a su extensa trayectoria y la realidad y necesidades de Chile y Latinoamérica, introduciendo que “debemos pensar sistemas centrados en las personas y sus comunidades, para lo que se requieren políticas públicas que apoyen esa capacidad en todos los momentos, reconociendo que aún existen muchas deudas y brechas a nivel continental y un largo camino que avanzar”.

El Decano propuso que “se debe invertir en infraestructura digna, con accesibilidad y cercanía a los usuarios según sus territorios, descentralizando el sistema. Además, se debe facilitar el acompañamiento familiar de niños, a través de legislaciones y condiciones que den protección al empleo en los momentos críticos, además de contar con lugares donde se puedan hospedar”.

También, aseguró que se debe invertir “en capital humano suficiente, que tengan capacidades interdisciplinares para poder afrontar adecuadamente los cuidados paliativos, además el personal requiere programas permanentes de capacitación, que permitan que las personas que trabajan con las familias se sientan con todas las competencias disciplinares y de salud mental”.

El exministro concluyó señalando que “es esencial contar con buenos líderes para los cuidados humanizados, rompiendo con una cultura autoritaria y hegemónica, que impulsa comportamientos propios de máquinas, incompatibles con contextos de relaciones humanas que precisan de cuidados. Además, se deben crear espacios laborales saludables, con claridad de roles y el reconocimiento de espacios de diálogo, encuentro, contención y solidaridad”.