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Sensibilizar a la comunidad educativa sobre la eliminación de la Violencia contra la Mujer, fue el objetivo del evento cultural “Quiéreme Libre”, iniciativa desarrollada por estudiantes y egresadas de Psicología del Centro de Atención Psicosocial (CAPS), que contó con una marcha simbólica y distintas expresiones artísticas como fotografía y poesía.

Durante la actividad, que se desarrolló en el Campus Chacabuco, se montaron stands psicoeducativos donde se entregó información sobre las etapas del ciclo de la violencia, además de folletos para aprender a identificar y denunciar las situaciones que pueden constituir acoso sexual, violencia o discriminación de género.

Juan Pablo San Martín, coordinador del Centro de Atención Psicosocial, aseguró que “para nosotros era muy importante visibilizar y conmemorar la fecha, porque se cree que los psicólogos trabajamos encerrados en un box, pero estamos obligados a ser activistas políticos y sociales, a tener una voz, a visibilizar problemáticas como esta. En el Centro de Atención Psicosocial trabajamos con un enfoque de género y de derechos y nos alegra mucho poder hacer este tipo de intervenciones que ojalá podamos repetir un par de veces al año”.

El académico agregó que “la mixtura que tuvimos en el desarrollo de esta actividad fue el poder entregar material psicoeducativo, pero también mostrarlo a través de actos simbólicos, como es la fotografía, la poesía, y lo que se desarrolló hace un ratito atrás con el recital de poesía y de música, que permite darle un énfasis más cultural, más simbólico a la visibilización de estas dinámicas de violencia en contra de la mujer”.

MUESTRA FOTOGRÁFICA

Una de las actividades más destacadas del encuentro fue la muestra fotográfica “La Violencia no es silencio”, trabajo colaborativo desarrollado por Myriam Placencia (egresada de Psicología y fotógrafa de la exposición), Zar Bustos (estudiante de Psicología, a cargo de la fotografía y el maquillaje) y Claudia Arellano (estudiante de Psicología y quien fue la modelo de la muestra) donde representaron a una mujer golpeada.

En relación a su rol, Claudia Arellano, aseguró que “fue un gran desafío el maquillaje, las escenas, y remover un poquitito los significados de toda esta manifestación, de todo este movimiento. Se intentó comunicar que la violencia contra las mujeres y las niñas es una de las faltas de los derechos más comunes, pero menos visualizado debido a la estigmatización, al silencio que sufren las víctimas y a la inmunidad de la que disfrutan los perpetradores. Por lo tanto, nosotros queríamos comunicar que es importante, es relevante seguir juntos en esto y demostrarles a las víctimas que no están solas”.

Myriam Placencia, por su parte, señaló que “fue todo un desafío, ya que mi estilo fotográfico es muy distinto al que se ve plasmado, pero aun así, con el equipo pudimos sacar este proyecto adelante. Nuestro género, a lo largo de la historia, ha sido muy marcado por los estereotipos y los roles que muchas veces la sociedad nos impone y poder sacar este trabajo adelante fue muy importante y significativo. Y también darnos este empoderamiento, de que como mujeres podemos hacer lo que queramos sin importar las circunstancias que se nos presenten”.