Adscrita a Gratuidad
Paul Cavellat egresó el año 2019 de la Escuela de Nutrición y Dietética en Campus Providencia y actualmente se desempeña como nutricionista del plantel profesional Real Juventud San Joaquín y Club de Deportes Magallanes.

¿Cómo ha sido tu experiencia laboral desde tu egreso?

Desde el día uno de egreso comencé trabajando, primero como encargado de calidad de alimentos en el Mercado Central, posteriormente trabajé cuatro años en el servicio de Unidad de Cuidados Intensivos en una clínica y paralelo a eso, en el área de calidad del Casino Oda.

Por otra parte, siempre estuve ligado al área deportiva porque es lo que estaba buscando al estudiar nutrición, comencé con pequeños proyectos a nivel de clubes universitarios y escolares de futbol, running y taekwondo. Actualmente me desempeño como nutricionista en el plantel profesional Real Juventud San Joaquín, segunda división y en el Club de Deportes Magallanes.

¿Qué labores cumples como nutricionista deportivo?

Ha sido un desafío grande porque cumplo varias funciones, desde ver temáticas de presupuesto hasta elegir el menú para los jugadores y el cuerpo técnico, son varias aristas que se van entrelazando.  Respecto al área deportiva, se ve, por ejemplo, planificación de alimentación en los viajes, suplementación, mediciones de test de orina para analizar la hidratación de los jugadores, mediciones antropométricas y pautas de alimentación, por lo que es un área en la que tienes que desempeñar todos los puntos que aprendes en pregrado, desde planificación, regímenes básicos y ejecución.

¿Cuál es la importancia de complementar la alimentación con el deporte para un buen desempeño?

Es muy importante complementar el deporte con la nutrición, porque la alimentación juega un rol indispensable en el proceso de recuperación. La ejecución del ejercicio como tal es el principal estímulo para hacer reaccionar el sistema muscular y a nivel mitocondrial la pérdida de grasa, pero la recuperación del tejido corporal empleado al hacer ese movimiento es beneficiada a través de la nutrición, porque es la que entrega la proteína para regenerar tejido o la cantidad de agua para recuperar las células que están perdiendo volumen.

Entonces, si uno no combina todos estos puntos, lo más probable es que generes algún tipo de progreso en el desempeño deportivo, pero no vas a lograr optimizar eso y no conseguirás un buen nivel competitivo, que es a lo que yo me enfoco hoy en la categoría de alto rendimiento.

¿Cómo motivas a niños y adolescentes para llevar una buena alimentación y vida sana?

Es un tema difícil, porque hoy en día todavía la oferta gastronómica apunta a la comida chatarra y creo que estamos muy lejos de los países desarrollados, donde a nivel gubernamental se está interviniendo la industria alimentaria para hacer que niños y adolescentes puedan tener una mejor nutrición. Creo que el principal factor es hacer políticas públicas, si bien se está haciendo la ley de quioscos saludables y ley de sellos, pero nos quedamos ahí y de lo escrito a la ejecución hay mucha diferencia.

¿Qué herramientas y valores que te entregó UDLA para desempeñarte como profesional destacas?

Me entregó el valor de la intervención comunitaria con bastante potencia, lo que me ha ayudado a desenvolverme mejor cuando me toca enfrentarme a escenarios de situaciones sociales vulnerables, por ejemplo, a mí me toca trabajar en un club que no tiene los mejores recursos, en la población La Legua, una de las más estigmatizadas de Chile, y he logrado sacar el trabajo adelante, con un buen cuerpo técnico y una buena área médica, y eso lo entrega la calidad humana, porque cuando no tienes los recursos pero sí un buen material humano, las cosas se hacen con buena energía y buena entrega. Lo que más destaco de UDLA es el vínculo con el medio, desde el aspecto nutricional al profesional.