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Durante julio y en el marco del plan de actividades del programa de Magíster en Educación con mención en Innovación para el Aprendizaje, se desarrolló el segundo seminario de Buenas prácticas e Innovación educativa y curricular, experiencias exitosas de Chile y Uruguay.

La jornada, que se llevó a cabo de manera online, buscó relevar las prácticas docentes con uso de estrategias y metodologías activas e innovadoras, tanto a nivel nacional como internacional.

El coordinador de la actividad y académico del programa, Juan Henríquez, indicó que este seminario “fue fundamental para reforzar la idea de que toda experiencia docente puede convertirse en una buena práctica, en la medida que cumpla con los criterios de calidad y replicabilidad necesarios”.

El Director del programa, Adrián Villegas, dio inicio a la actividad señalando que “la innovación en educación es una actitud para mejorar los contextos, por ende, en el aprendizaje de los estudiantes, es importante explorar innovaciones exitosas que puedan apoyar nuestra propia práctica. El conocer experiencias de Chile y otros países enriquece este proceso, el cual ha sido uno de los focos de nuestro programa”.

La primera presentación estuvo a cargo de María Francisca Elgueta, ganadora del Global Teacher Prize Chile 2022 en la categoría general y licenciada en Pedagogía, mención en Historia, Geografía y Ciencias Sociales de la Pontificia Universidad Católica de Chile.

En mi experiencia como docente he ido identificando claves para instalar una cultura de altas expectativas, especialmente en contextos de mucha vulnerabilidad. Entre estas claves encontramos, promover un ambiente seguro y amoroso para el aprendizaje, traer el mundo al aula, creer en los estudiantes y trabajar en equipo”, aseguró.

En esa línea indicó que “estas claves me han permitido evidenciar que todos los niños, niñas y jóvenes son capaces de lograr grandes cosas, y por lo mismo debiésemos tenerlas presentes si creemos que podemos alcanzar la justicia social a través de la educación”, finalizó Elgueta.

La segunda ponencia fue realizada por el licenciado en Educación de la Atlantic International University y Máster en Educación Especial de la Universidad de Nebrija, Domingo Borba.

 “Me complace compartir con ustedes el resultado de nuestra investigación sobre el uso del Aula Invertida en la educación universitaria. En el segundo seminario de Buenas prácticas, presentamos un estudio de casos fenomenológico que demostró el impacto significativo de esta metodología activa en el aprendizaje de los estudiantes. Implementamos un diseño de Aula Invertida 50/50, donde la mitad de los procesos de enseñanza-aprendizaje se llevaban a cabo de forma asincrónica y la otra mitad en encuentros sincrónicos no expositivos”.

“Los resultados fueron sorprendentes. Los estudiantes con perfiles profesionales en atención a la diversidad encontraron en el Aula Invertida un ambiente propicio para la reflexión, la discusión y la construcción colectiva. El enfoque centrado en el estudiante generó las mejores condiciones para su participación activa y para el desarrollo de un aprendizaje significativo”, concluyó Borba.