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Santiago tiene el potencial para convertirse en una ciudad amigable para los adultos mayores, según reveló un estudio realizado por académicos de Universidad de Las Américas. La investigación evaluó el cumplimiento de la capital chilena en función de los parámetros establecidos por el nuevo enfoque de planificación urbana denominado Ciudad de los 15 minutos”, que gana terreno no solo en el contexto del cambio en la pirámide demográfica, sino también en la era poscovid-19 y del cambio climático.

Este concepto propone que la mayoría de las necesidades y servicios de los ciudadanos –tales como trabajo, compras, educación, salud y recreación– deberían estar a distancias caminables o en bicicleta menores a un cuarto de hora desde cualquier punto de la ciudad. El reporte, que se enfocó en los desafíos para una población en franco proceso de envejecimiento, concluyó que Santiago dispone de una buena cobertura de funciones urbanas básicas para personas mayores.

Publicado por la revista “Smart Cities”, el estudio “Ciudad en 15 Minutos y Personas Mayores: Pensando en Ciudades Saludables”, fue liderado por el Centro Producción del Espacio (CEP) de UDLA, en colaboración con su Facultad de Arquitectura, Animación, Diseño y Construcción, y la Facultad de Ingeniería, Arquitectura y Diseño, de la Universidad San Sebastián. Su realización fue posible gracias a los fondos FIC del Gobierno Regional de Santiago.

“Los hallazgos muestran una buena cobertura de funciones urbanas a nivel territorial para el área de estudio y abren la posibilidad de que Santiago se convierta en una ciudad de 15 minutos para adultos mayores. Sin embargo, aún existen varios desafíos en términos de políticas públicas, desde la salud mental y física hasta el diseño de espacios públicos, que son fundamentales para pensar en las ciudades del futuro”, señala el grupo de académicos.

Ciudad anti cambio climático

La idea de una ciudad con sus servicios esenciales a menos de 15 minutos es un concepto central de las transformaciones urbanas en la era poscovid-19, señaló el director del CEP, Francisco Vergara. “El estudio recientemente publicado busca proporcionar información respecto a las relaciones entre población y funciones urbanas críticas para lograr un bienestar sin tener que desplazarse muy lejos de los hogares”, explicó.

De acuerdo a la investigación, algunas comunas como Santiago Centro ofrecen interesantes perspectivas debido a su buena conectividad en términos de equipamiento urbano y baja densidad de población mayor —solo el 5%­­­—, por lo cual una política de atracción de vecinos de la tercera edad podría ser exitosa. 

Por otro lado, se identificaron comunas que ofrecen espacios con altos niveles de acceso a equipamientos urbanos y que se encuentran altamente pobladas por personas mayores, entre ellas Providencia (renta alta) y Lo Prado (renta baja). Lo anterior indica que la tendencia es que estos grupos busquen zonas pericentrales con altos niveles de conectividad urbana para asentarse y vivir su vejez.

Los investigadores afirman que “esto no solo muestra las profundas desigualdades urbanas que se observan en Santiago, sino también en otras ciudades de la nación, lo que nos hace cuestionarnos qué tan efectivo es este modelo de ciudad y su accesibilidad real en el corto y mediano plazo, sobre todo si pensamos en las fuertes desigualdades económicas y sociales que han construido estas ciudades y que su implementación dependería en gran parte de lograr generar un programa participativo de transformación urbana”.