En una jornada que se desarrolló en el pasillo central del Campus El Boldal, la Escuela de Fonoaudiología de Sede Concepción llevó a cabo la tradicional “Expo Día de la Madre”, actividad en la que participaron estudiantes de escuelas especiales que forman parte de los campos clínicos de la carrera.

Los expositores fueron dirigidos por los profesores de sus respectivos centros y acompañados por académicos y estudiantes de UDLA, con el propósito de orientarlos en el fortalecimiento de sus habilidades comunicativas y de manejo de dinero, a través de la venta de sus productos.

Belén Navarrete, Directora de Fonoaudiología de Sede Concepción, señaló que esta iniciativa se realiza desde el año 2016 con excepción del periodo de confinamiento y pandemia, siendo esta la segunda exposición tras la crisis sanitaria.

“Tuvimos la presencia de cuatro campos clínicos: Cabime, Coanil, Per Se e Instituto Down, los cuales trabajan con estudiantes que tienen síndrome de down, trastorno del espectro autista, parálisis cerebral o algún tipo de condición especial.  Ellos en sus talleres laborales realizan distintos tipos de productos que son traídos para mostrarlos a la comunidad UDLA con el objetivo de que puedan aumentar las habilidades comunicativas abordadas por nuestros internos durante el desarrollo del semestre”, explicó Navarrete.

La coordinadora de Campos Clínicos de la carrera, Yislem Barrientos, precisó que “la idea es que los estudiantes, que están en situaciones de discapacidad, puedan enfrentarse de manera independiente a la vida laboral mediante lo que van aprendiendo en sus distintos cursos laborales”.

“Desde el ámbito fonoaudiológico, el que ellos puedan vender acá sus productos, potencia sus habilidades comunicativas, insertándose en un contexto real de materialización de una venta. Los estudiantes de UDLA los apoyaron en su expresión oral para que pudieran comentar cómo elaboraban los productos, con qué materiales, etc. Con ello, pudimos potenciar la comunicación y, también el manejo de dinero le aporta a su desarrollo desde el punto de vista cognitivo, pues tenían que decir cuánto valía el producto, recibir el dinero y dar obviamente el cambio en el caso que correspondiera”, detalló la académica.