Andrea Gartenlaub es parte del equipo de investigación del Observatorio de Nueva Ciudadanía de la Facultad de Comunicaciones y Artes de UDLA, Doctora en Ciencias Sociales, Magíster en Ciencia Política y Periodista de la Universidad de Chile. La académica investigadora estudia y analiza la situación política y social del país y del mundo. Sus análisis han dado pie a diversas columnas de opinión y publicaciones en los medios de comunicación nacionales.

Gartenlaub aborda temáticas que se enfocan en la política como resultado de la historia y de cualquier proceso social. “En Chile, durante estos últimos cuatro años, estamos transitando un proceso histórico, que se vive en todo el mundo y no sabemos bien dónde va a terminar: es lo que llamamos ´desafección política´. Este fenómeno provoca mucha inestabilidad, pero es parte de un proceso más amplio, que es la crisis de las instituciones que conocimos durante el siglo XX”, menciona.

La experta en ciencias políticas también hace referencia a que “el ejercicio de escribir columnas es siempre sobre la contingencia, pero lo interesante es leerlas con la perspectiva del tiempo, para saber si uno se equivocó o tuvo una buena interpretación del momento”.

“Chile está en un nuevo período que es particular en nuestra historia, pero que se conecta a una serie de transformaciones que ocurren en el mundo, como los cambios en los sistemas políticos, pero también en la tierra entendida como un sistema ecológico y climático en crisis. Paralelamente estamos viviendo una transformación de la estructura económica y tecnológica, provocando cambios en la forma de realizar el trabajo con la llegada de la inteligencia artificial”, explica la académica.

Según la experta, esto provoca que “las instituciones que nacieron en la Segunda Guerra Mundial ya no están respondiendo, particularmente, a lo que conocíamos como ‘Estado de Bienestar’ que es un sistema de acompañamiento a las personas desde su nacimiento hasta la muerte; a través del cuidado en la salud, educación y trabajo. Si bien en Chile, no se alcanzó un Estado de Bienestar maduro ni al estilo nórdico, hemos disfrutado de un sistema de cuidados importantes para nuestra población”. Sin embargo: “Los flujos migratorios y envejecimiento de la población del país han generado tensión en el sistema y no están dando abasto en aspectos como pensiones, salud, acceso a la vivienda, etc. Y así empieza la presión al sistema político”.

Por último, la Doctora en Ciencias Sociales añadió otra arista que afecta a la situación política y social del sistema, aseverando que “en los últimos años la desconfianza a las instituciones ha aumentado debido a la evidencia del mal uso de fondos públicos. Lamentablemente, Latinoamérica tiene historial con ello, y por este motivo, la sociedad hoy exige transparencia, pero también la persecución de estos hechos con penas efectivas”. 

Esta realidad, señala la investigadora, explica las diferentes crisis en distintos gobiernos del mundo que han enfrentado masivas protestas. “La desafección política se da porque las condiciones que esperaban las personas para su vida no responden a sus expectativas. En un escenario así, es casi obvio que las personas tengan la necesidad de protestar. Lo difícil es ver el final del túnel, ya que estamos viviendo la época de la sospecha en la política y las instituciones, alimentada por las crisis económicas, pero también por las fake news que amplifican los conflictos. Lo preocupante de esta época es que no sabemos cómo va a terminar y ni cómo retornar la confianza de los ciudadanos hacia sus gobiernos”, concluyó.