Estas en: Noticias Los 13 hitos que marcan la década de implementación del Programa de Intervención Comunitaria en UDLA
Publicado el 13 de septiembre de 2022
El Programa de Intervención Comunitaria es un modelo de formación pedagógica desarrollado en Universidad de Las Américas, donde se lleva a cabo una innovadora metodología de trabajo, en la cual los estudiantes realizan una experiencia de aprendizaje en un territorio durante toda su carrera. En este escenario, la comunidad es parte fundamental del proceso de enseñanza, permitiendo un aprendizaje basado en el encuentro de saberes .
Este 2022, el Programa de Intervención Comunitaria celebra 12 años de vida y 10 de su implementación en territorios.
“El trayecto en este tiempo, no exento de dificultades, ha sido un proceso dinámico, con idas y vueltas donde nos pensamos y repensamos, atendiendo a la importancia de mirar las diversas realidades, la especificidad de cada situación y el contexto en el que nos encontramos. Sin embargo, tener claro hacia dónde vamos y qué buscamos es lo que nos ha marcado el camino”, sostiene María Isabel de Ferrari, Directora del Programa.
En 2010 se propone realizar un cambio de enfoque de los perfiles de egreso de las carreras de la Salud, centrado en Atención Primaria de Salud, Determinantes Sociales de la Salud (DSS) y participación comunitaria. Esto lleva a definir asignaturas que forman la Línea de Intervención Comunitaria (LIC), lo que conlleva un análisis de contenidos y su consistencia con los resultados de aprendizaje declarados por el Programa IC y UDLA. Con esto, comienza la creación del Programa de Intervención Comunitaria.
En 2012, comienza la implementación del Programa con la primera cohorte de estudiantes de las carreras de Salud, quienes asisten a un territorio, se reúnen con líderes comunitarios y levantan información para desarrollar un trabajo conjunto.
También en 2012, se firma el primer convenio de colaboración con el municipio de Lo Prado. Tras esto, se suman otros vínculos en Viña del Mar y Concepción. Así, se crean las primeras alianzas para iniciar el modelo de formación de estudiantes basada en el encuentro con las comunidades, dialogando y conociendo la realidad de vida en un proceso gradual de 4 años.
En 2014 se integra al modelo LIC la Facultad de Ciencias Sociales con las carreras de Psicología y Trabajo Social.
En el 2014, se aplica a los estudiantes por primera vez la encuesta de satisfacción con el Programa, arrojando una buena evaluación general y niveles positivos de conformidad. Esta encuesta se sigue aplicando anualmente.
La Facultad se incorpora al programa en el año 2016 con la carrera de Arquitectura, involucrando a un total de seis estudiantes, los cuales trabajaron en el barrio “Los Húsares”, ubicado en la comuna de La Florida. El proceso de la primera generación termina el segundo semestre de 2017 con la materialización de seis proyectos construidos. En 2020, a raíz del ajuste curricular de la Escuela de Arquitectura, se asignaron 7 asignaturas correspondientes al modelo de formación curricular del programa.
Al 2022, la Escuela de Arquitectura ya cuenta con siete generaciones tituladas en la modalidad de Intervención Comunitaria, las que han materializado 21 proyectos en cuatro comunas de la ciudad de Santiago. Sumado a ello, se han realizado charlas sobre el proceso de titulación UDLA en Harvard y Columbia, la publicación del artículo “Academia como práctica” presentado en U. Berkeley Ground Up y la presentación en la Bienal de Arquitectura en 2019.
Se publican documentos que dan cuenta del Programa de Intervención Comunitaria: “Bases conceptuales y metodológicas del Programa IC, una colaboración interinstitucional para el aprendizaje situado” e “Intervención comunitaria: Una colaboración entre universidad, organizaciones sociales y municipios”. Ambos documentos se constituyen como un aporte sustantivo para el modelo disciplinar del Programa.
El año 2015 se realiza una propuesta para la creación de un repositorio con el objetivo de recopilar la información generada de diálogos y entrevistas que realizan los estudiantes a los vecinos y dirigentes de los territorios donde se trabaja. Esto da pie a la creación del Observatorio del PIC, donde desde 2021 se registran las iniciativas de proyectos de las asignaturas LIC, además de integrar información del Programa en los territorios.
El año 2016 se organiza el seminario “Investigación y metodologías participativas para una educación transformadora”, que contó con la participación del destacado académico Tomás Rodríguez Villasante y la académica Dolores Hernández, oportunidad en que el equipo del Programa reflexionó e integró el marco conceptual y metodológico de la Sociopraxis y Metodologías Participativas.
Luego, en 2018, se realiza nuevamente, junto a Tomás Rodríguez Villasante y Dolores Hernández, un segundo encuentro llamado: “Saberes transdisciplinares para la promoción de democracias participativas”, orientado a evaluar los avances del PIC, el nuevo modelo metodológico de trabajo inspirado a partir de 2016 y profundizar en el marco conceptual sobre el cual seguir consolidando el crecimiento y desarrollo del Programa.
En 2018, el Programa recibe la Mención Honrosa del Premio Mac Jannet, red internacional de 77 países donde se distinguen las iniciativas más destacadas y comprometidas con la formación ciudadana y la responsabilidad social que realizan las universidades.
En 2019 se realiza la “Escuela de formación para líderes de los territorios” y en 2020 se consolida el Modelo Territorial del Programa. Se incorpora al equipo de los seis campus el rol de “Facilitador/a territorial” (actualmente Gestor territorial) quienes dan continuidad al vínculo con las comunidades y acompañan el diálogo de estudiantes con líderes sociales y el territorio durante los cinco años de implementación de las actividades curriculares.
A partir de 2019 el país enfrenta situaciones excepcionales que afectan el trabajo en los territorios, como lo fue el Estallido Social y posteriormente, la pandemia del Covid-19. El Programa responde a la nueva realidad del país, trabajando con los territorios y comunidades en los que se encuentra inserto, para responder a las consecuencias del aislamiento social generado por la pandemia, adaptando la metodología de trabajo y apoyando en temas que afectan a todas las personas de manera transversal, consolidando el compromiso de la Universidad con las personas y comunidad, a partir del diálogo y diseño de propuestas de acciones compartidas. Se consolida la bidireccionalidad.
Los estudiantes de UDLA egresan con un sello de trabajo comunitario y territorial, lo cual se expresa en comentarios positivos de los empleadores. El vínculo comunitario logró su mayor expresión cuando cerca de 50 egresados respondieron al llamado de UDLA y trabajaron voluntariamente, junto a los equipos del programa IC, en las comunidades y barrios que se vieron afectados por la pandemia del Covid-19.