Adscrita a Gratuidad
“El haber estudiado Psicología nace de una experiencia personal. Vi el trabajo de una psicóloga con una familia en favor de su hijo y encontré maravilloso que descubrieran las herramientas y habilidades que poseía. Fui espectadora del cambio y fue increíble. En ese momento estaba trabajando de Informática y luego de esa experiencia comencé a replantearme. ¿Me veo trabajando toda mi vida frente a un computador? Dije ¡No! Comencé a buscar y estudiar Psicología en UDLA me pareció una buena opción”.

Así cuenta Mercedes Yepsen cómo surgió su interés por estudiar Psicología, carrera de la que egresó el 2019 desde Sede Viña del Mar. Con un título previo como ingeniera en Informática de la Universidad Tecnológica de Chile, hoy cuenta con una vasta experiencia como psicóloga educacional bajo la Ley de Subvención Escolar Preferencial (SEP), con un Máster en Neuropsicología en la Educación en la Universidad Tecnológica de España, estando certificada en nivel intermedio Wisc-V (instrumento de valoración que se usa en los colegios para conocer las aptitudes de los niños), también en Convivencia Escolar a través de la plataforma EducarChile y comenzando este mes un diplomado en la misma área.

Actualmente, trabaja en el colegio José Miguel Carrera de Valparaíso, que acoge a 214 estudiantes desde prekínder hasta 8° año básico, donde tuvo que enfrentar una inesperada pandemia que remeció con fuerza al ámbito educación y ahora el retorno a las clases presenciales, donde la convivencia escolar ha tenido más relevancia que nunca.

¿Qué fue lo que más te gustó de tus años de estudio y qué fortalezas que rescatas en tu formación en UDLA?

Conocer a personas increíbles, a colegas que le tengo mucho respeto. Lo otro es que UDLA me preparó para trabajar en cuatro grandes áreas: psicología educacional, clínica, laboral y social. Como fortaleza rescato la ética, que es muy importante en esta carrera, el secreto profesional, la empatía, ponerme en el lugar del otro, nunca dejó de sorprenderme con cada caso que va apareciendo; el trabajo en equipo.

¿Cómo surge el trabajar en el colegio José Miguel Carrera y cuáles han sido tus mayores desafíos y logros allí?

Realicé acá mi tesis, estaba relacionada con estudiantes inmigrantes. La directora fue observando mi trabajo y me ofreció quedarme en el colegio. Me faltaba un año y medio para terminar, se lo comenté y me dijo “Te espero”; nunca pensé que lo haría. Al día siguiente de mi examen de título le mando un correo y a los 15 días estaba firmando mi primer contrato como psicóloga.

He hecho muchas cosas en el colegio, desde abrir la sala de Psicología a toda la comunidad escolar, hasta gestionar una biblioteca que fue donada por la empresa Sitrans de Placilla. El 2021, por encargo de la dirección, gestioné la compra de dos salas y una salita para la atención psicológica, que no había.

¿Qué importancia tiene desarrollarse en el ámbito de convivencia escolar y cómo describirías tu sello en esa área?

El trabajo en convivencia escolar es muy importante. Somos seres que socializamos, debemos relacionarnos con el entorno y lo tenemos que hacer de la manera más adecuada posible, desde el respeto y el buen trato. Es acá en donde está mi sello: cada estudiante es importante, tanto es así, que cada vez que me necesitan dejo de hacer lo que estoy haciendo para atenderles. Puedo estar en reunión con quien sea, pero si me necesitan les atiendo inmediatamente.

¿Cómo ha sido ejercer tu labor en pandemia?

Ha sido bien complejo. El 2020 comienza la pandemia y nos vamos todos a la casa. Debí realizar el trabajo desde un computador, hacer todo a través de una pantalla, vincularme emocionalmente con la comunidad educativa a través de internet. Fue bien complejo, se visualizaron los miedos, las frustraciones tanto en los estudiantes como en los docentes. En estos dos años observé la vulnerabilidad, en muchas ocasiones la violencia que se ejercía en el hogar de los estudiantes. Ellos tuvieron que abrir sus hogares para conectarse. Eso estaba invisibilizado, pero la pandemia me mostró una realidad que desconocía.

¿Cómo ha sido en retorno presencial a las aulas después de dos años en casa?

Difícil. Los estudiantes estuvieron dos años en casa y en el retorno hemos tenido que reeducarlos, ya que el nivel de violencia es muy alto, tanto de ellos como de los apoderados. El trabajo con el reconocimiento de sus mociones es diario, ya que si un niño o niña logra reconocer lo que siente va a poder autorregularse y eso le permitirá establecer relaciones sociales adecuadas. Otro punto son los apoderados, un actor bien importante. Muchos todavía no han logrado entender que la principal responsabilidad de educar es de ellos.

En convivencia escolar ¿Crees que hay un antes y un después con la pandemia?

Por supuesto que sí. Nunca pensamos que los niños llegarían tan violentos. Convivencia escolar tomó un rol súper importante, sobre todo el área socioemocional, ya que tuvieron que volver a convivir. Además, volvieron en una etapa del desarrollo distinta a la que se fueron. Segundo ciclo, 5° y 6° básico son ahora preadolescentes, 7° y 8° son adolescentes, dejaron de ser niños. Debimos cambiar nuestra mirada en Convivencia Escolar, a trabajar desde la prevención y la promoción de los buenos tratos. Somos una dupla que trabaja en convivencia, está la profesora encargada de convivencia escolar y yo, la psicóloga.

Como profesional ¿Qué mensaje entregarías para abordar el tema de la convivencia escolar en este retorno a clases?

Desde la convivencia escolar se hace necesario que los niños, niñas y adolescentes desarrollen habi­lidades socioemocionales adecuadas. Esto les permitirá ser sujetos integrales y alcanzar su máximo potencial. La creatividad, la resolución de problemas y el pensamiento crítico son elementos imprescindibles para enfrentar las exigencias de lo que están enfrentando hoy en su entorno familiar y académico. En los tiempos en que vivimos se hace urgente la necesidad de trabajar el manejo del estrés, fomentar la empatía y el respeto para adaptarnos frente a las exigencias en que nos vemos enfrentados día a día.