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Hace un año, María Cecilia Opazo, Doctora en Ciencias con mención en Ingeniería Genética Vegetal en la Universidad de Talca, llegó hasta Universidad de Las Américas para incorporarse al Instituto de Ciencias Naturales dependiente de la Facultad de Medicina Veterinaria y Agronomía.

Durante este tiempo, la profesional ha sido parte del Núcleo de Investigaciones Aplicadas en Ciencias Veterinarias y Agronómicas (NIAVA) donde desarrolla proyectos de investigación e innovación y del Núcleo del Magister One Health.

¿Qué la motivó a dedicarse a la investigación?

Desde pequeña siempre tuve una atracción por el mundo de las ciencias, por lo que cuando ingresé a la universidad no fue extraño que escogiera estudiar bioquímica, una carrera que en su conjunto entrega herramientas que te permiten desarrollarte como profesional en diversos campos laborales.

Dentro de las posibilidades, estaba justamente la academia y la investigación las cuales están íntimamente relacionadas. Realicé mi Doctorado en la Universidad de Talca, regresé a Santiago para hacer mi Postdoctorado de Fondecyt en el Instituto Milenio en Inmunología e Inmunoterapia y luego me adjudiqué el Fondecyt de Iniciación en Investigación.

Es durante el Doctorado cuando te das cuenta que la investigación es parte de tu vida, una elección que realizas muy conscientemente ya que es un trabajo 24/7. Me encanta el laboratorio, pensar en nuevos experimentos y en soluciones a diversos problemas.

El trabajo de investigación es un desafío diario, que cambia todos los días y que no tiene nada de rutinario; ningún día es igual anterior. Es un trabajo sacrificado y que además conlleva la complejidad de estar constantemente postulando a fondos. Ahora, cuando te adjudicas ese proyecto o publicas un artículo, te llena y te da más energía para seguir.

¿En qué líneas de investigación trabaja y como contribuye a la comunidad?

Mi línea central de investigación estudia cómo las patologías maternas, principalmente de tipo endocrino, que ocurren durante la gestación, afectan al hijo que está por nacer a nivel inmunológico y metabólico.

Actualmente, me encuentro desarrollando una investigación que estudia cómo la deficiencia de hormonas tiroideas maternas, en etapas tempranas del embarazo, influyen en el desarrollo de obesidad y sobrepeso y patologías relacionadas como la diabetes tipo II en los hijos alimentados con dietas altas en grasas o con dietas altas en azucares.

Esta investigación es muy relevante ya que es muy importante que la mujer embarazada tenga una alimentación balanceada que incluya micronutrientes cruciales como el yodo que es esencial para la función correcta de la glándula tiroides.

El hijo, durante las primeras etapas de la gestación, depende completamente de las hormonas tiroideas maternas por lo que una deficiencia materna trae como consecuencia una deficiencia en el bebé y esto es sumamente perjudicial ya que las hormonas tiroideas tienen un rol fundamental en el desarrollo del feto.

Es por esto que, mostrar y demostrar los efectos que esta condición pueda tener sobre el hijo en el corto y en el largo plazo, es fundamental para la creación de políticas de prevención que se apliquen durante la gestación a fin de prevenir el desarrollo de sobrepeso y obesidad en nuestros niños y adultos lo que hoy constituye un grave problema en nuestro país.   

Cuéntenos brevemente de sus principales investigaciones y resultados obtenidos

Hemos observado que los hijos que se gestaron bajo una deficiencia de hormonas tiroideas maternas tienen el metabolismo de glucosa alterado, es decir, observamos mayores niveles de glucosa en sangre que aquellos que se gestaron en condiciones normales o control.  Por otro lado, hemos visto que existe una alteración de la reabsorción de glucosa lo que se conoce comúnmente como alteración de la curva de tolerancia a la glucosa.

Adicionalmente, detectamos que los adipocitos o células del tejido adiposo son más grandes, lo que en conjunto nos hace pensar, que bajo condiciones que denominamos como obesogénicas, es posible que ocurra el desarrollo de patologías como la obesidad y la diabetes de tipo II. Actualmente, nuestros modelos de estudio, en los que utilizamos dietas altas en grasas y en azucares, han mostrado que hay un empeoramiento en el procesamiento de azúcares; los hijos de madres con deficiencia de hormonas tiroideas durante la gestación empiezan a ganar más peso antes en comparación con aquellos gestados en condiciones control.

En conjunto, estos resultados que aún no hemos publicado, nos permiten pensar que, en un futuro, la deficiencia de hormonas tiroideas durante la gestación será considerada como un factor de riesgo de desarrollo de obesidad y sobrepeso en niños y adultos.

¿Cuáles son sus proyecciones en investigación?

En este trabajo, debes ir generando metas pequeñas porque muchas veces, me atrevería a decir que más del 90% de las veces, nada funciona o no obtienes que lo esperabas etc., por lo que debes ser muy tolerante a la frustración.

Tras incorporarme a UDLA hace un año, mis metas son desarrollarme como investigadora, lograr hacer buena ciencia y de calidad y contribuir al área de investigación la que se encuentra en pleno desarrollo en nuestra universidad. Hay muchas ideas, proyectos, colaboraciones sobre todo con otros investigadores de UDLA que se irán desarrollando con el tiempo y que espero nos lleven a generar grandes contribuciones a la ciencia en nuestro país.