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Enmarcada en sus habituales jornadas de actualización disciplinar para estudiantes, egresados y comunidad académica, la Facultad de Medicina Veterinaria y Agronomía realizó la charla “Consideraciones para el diagnóstico de hipotiroidismo canino e hipertiroidismo felino”, actividad orientada a indagar en los aspectos técnicos de identificación de estas enfermedades.

El encargado de liderar la actividad fue Roberto Matamoros, médico veterinario de la Universidad Nacional de Costa Rica, Magíster en Ciencias, mención Reproducción Animal, de la Universidad Austral, y Doctor en Fisiología Endocrina de la Universidad de Cornell (EE.UU.). Además, Matamoros es el Director de Postgrado de Universidad de Las Américas.

Durante el inicio de la exposición, el profesional repasó contenidos de temáticas generales para luego ahondar en el diagnóstico de las enfermedades en cuestión, entre los que figuran el control fisiológico de la secreción, las consideraciones previas y el concepto general de inmunoanálisis.

El hipotiroidismo es una enfermedad común, pero su diagnóstico se basa en un análisis clínico, no de laboratorio. Las pruebas de laboratorio son usadas para confirmar o refutar la sospecha clínica, pero debe ser inicialmente algo clínico”, explicó el especialista sobre el proceso de la detección de esta enfermedad elaborado por los médicos veterinarios.

Luego de esto, Matamoros se refirió a las consideraciones generales que se deben tener en cuenta para llegar al diagnóstico definitivo, recalcando que las pruebas de laboratorio nunca serán 100% exactas, por lo cual se deben considerar la sintomatología común y poco común presentes en el metabolismo y en los sistemas dermatológico, cardiovascular, reproductivo/endocrino, neuromuscular, gastrointestinal y bioquímico.

Sobre el hipertiroidismo felino, el médico veterinario realizó una introducción apuntando a sus principales características e historia clínica, entre las que destacó su confirmación como enfermedad en 1979, y su definición de desorden multisistémico, además de recalcar que actualmente esta enfermedad es considerada como una de las más comunes de este tipo en gatos de avanzada edad (11 a 13 años), no así en canes, para los cuales el hipertiroidismo es poco común.

En el caso del hipertiroidismo felino, el 98% o 99% de los casos son causados por tumores tiroídeos benignos, los que usualmente son clasificados como adenomas tiroídeos (hiperplasia adenomatosa). Solo un 1% o 2% de los casos corresponden a carcinomas tiroídeos malignos”, especificó respecto a los antecedentes sobre el diagnóstico clínico de la enfermedad en estas mascotas.

La jornada culminó con el especialista respondiendo las dudas de la audiencia, quienes mostraron un importante interés en el análisis de ambas enfermedades comunes en perros y gatos.