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La Directora de carrera de la Escuela de Animación Digital, Catalina Torres, junto con la productora Punkrobot, participaron en la producción de la película animada “Nahuel y el libro mágico” del director nacional, German Acuña.

El largometraje animado cuenta la historia de un niño chilote de 12 años que busca salvar a su padre de un oscuro brujo que lo tiene secuestrado. En este camino donde enfrenta sus miedos, se encuentra con distintos elementos del folklore y personajes de la mitología chilota. Uno de los componentes principales son los lazos familiares y la importancia de estos.

El film, que ha ganado premios como Mejor Largometraje de Animación Iberoamericano en los Premios Quirino de la Animación Iberoamericana contó con la participación de Catalina Torres, quien estuvo a cargo de dar vida a algunos personajes.

“Participé desde el inicio del Layout hasta la etapa de color. Una como animador tiene que aprender a darles vida a los personajes, que estos sean consistentes con una serie de características, por lo que se debe conocer cómo representar las emociones, gráficamente mantener las proporciones del personaje, lo que tiene que ver desde cómo se dibuja, y a qué velocidades actúa. Es una mezcla de habilidad de representación estática, como también de “sentir” el movimiento que debe hacer el personaje, como si uno fuese un actor que traspasa su actuación al dibujo”, comenta Torres.

De esta producción también fue parte el Estudio de Animación “Punkrobot”, quienes realizaron la producción ejecutiva junto con “Carburadores”, productora creadora de “Nahuel y el libro mágico” y “Levante Films”. Además “Punkrobot” contribuye a la distribución del proyecto, apoyando que la exhibición pueda llegar a Latinoamérica y el resto del mundo.

En este largometraje participaron animadores de Chile, Perú, Argentina, España, Filipinas y Colombia. El docente de la Escuela de Animación Digital UDLA y fundador de “Punkrobot”, Patricio Escala, explica su experiencia de trabajar con esta variedad de animadores.

“Nos ayuda a entender que la animación se puede trabajar desde cualquier parte del mundo cuando hay buenas ideas. Hay una complejidad adicional cuando tienes que armar o coordinar un equipo en diferentes países, también hay limitaciones de idiomas, de cultura, entonces hay que tratar de buscar empresas afines con el mismo interés artístico, con la misma sensibilidad para que todas las barreras que se van encontrando se puedan solucionar de la forma más fácil posible”.

En ese sentido, Torres agrega que “la calidad de artistas que conocí es invaluable, algunos cercanos, amigos y colegas de los que cada uno aprendió del otro. La producción de Nahuel fue como una segunda escuela, una escuela dura en la que se aprendió con base en el error y perfeccionamiento. Me encanta decir que los artistas más talentosos que ví, en su mayoría eran jóvenes, y me siento orgullosa de haber sido parte de ese grupo”. 

La película “Nahuel y el libro mágico” rompe la sequía de producciones nacionales en torno a la animación, elevando los estándares a parámetros mundiales. “El nivel de dificultad que tuvo la producción de Nahuel, fue de nivel internacional, con un standard de excelencia muy duro, no creo que sea algo que se vea todos los días, sobre todo si pensamos que las películas anteriores realizadas en Chile estaban adecuadas a su tiempo, pero Nahuel vino a marcar un antes y un después”, expresa la directora de Carrera.

En la misma línea, Escala concluye, que “hace muchos años que no se hacían películas de animación en Chile y a nosotros nos importaba en poder ayudar a Carburadores. Vimos que existía la posibilidad de poder ayudarlos desde nuestros conocimientos y para nosotros es una alegría, un orgullo ser parte de proyectos de alta calidad como Nahuel”.

La película aún se encuentra en cartelera en distintos cines del país