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Si revisamos la historia de la ingeniería, ciencia y tecnología, raras veces aparece una mujer como protagonista, a pesar de que no existen diferencias entre las capacidades del hombre y de la mujer para desarrollarlas. Si bien la brecha se ha ido acortando en ciencias biológicas y de la salud, no ocurre lo mismo en áreas como física e ingeniería. De hecho, en el ámbito de las carreras de ingenierías las mujeres siguen siendo minoría, no logrando pasar el 10% en Chile.

Érika Madariaga

Directora de la Escuela de Ingeniería

Desde que comencé a ejercer como ingeniera civil he detectado que hay múltiples factores que inciden en el hecho de que haya pocas mujeres en Ingeniería.  En primer lugar, existe una raíz profunda en la historia y en la sociedad que vivimos que genera barreras de entrada al momento de reclutarlas.

También existe falta de autoconfianza respecto a las capacidades o competencias en física-matemática, carencia de información sobre las carreras de ingeniería, ciencia y tecnología, falta de oportunidades para desarrollar la profesión y de modelos de referencia, así como la existencia de una brecha salarial y de estereotipos de género.

Por tal razón, en la Escuela de Ingeniería de UDLA existe la preocupación por aumentar la presencia de las mujeres en estas carreras, en las líneas de investigación y en el desarrollo tecnológico. Debemos y estamos trabajando en comprender los motivos de su posible exclusión y desarrollando estrategias para aumentar su presencia y lograr así equidad en esta área.

Hemos planificado iniciar el año académico con la charla “Liderar desde lo femenino”, ocasión en que expondrá Tatiana Camps, consultora en transformación organizacional y liderazgo femenino. En actividades de Vinculación con el Medio queremos tener más presencia en los colegios, realizando actividades que trabajen los estereotipos y permitan dar a conocer las carreras de Ingeniería, mostrando tecnologías emergentes como la ciberseguridad, el big data, concepto de industria 4.0, entre otros.

Melissa Alegría

Investigadora de la Facultad de Ingeniería y Negocios y directora del Comité de Desarrollo Industrial de la Sociedad Chilena de Bioinformática

¿Por qué hay una brecha de género más grande en ingeniería? Hay muchas estudiantes que piensan que no sirven para las ingenierías al enfrentarse a los ramos más difíciles; en ellas pesa su entorno social y la mala base matemática que traen desde sus colegios

En vez de recibir apoyo, escuchan frases estereotipadas, como, por ejemplo, “las ingenierías y las matemáticas son para los hombres” o “tú no sirves para esto”. Sin embargo, la deserción de las ingenierías no pasa por alguna incapacidad personal, sino por una inseguridad que les genera su propio entorno.

Cuando comencé mis estudios en Ingeniería Bioinformática, había más o menos la misma proporción de hombres y mujeres. Era bastante paritaria la composición. Sin embargo, producto de los temidos “ramos coladores” me fui quedando sola. Mis amigas fueron quedando atrás y al final mis amigos terminaron siendo todos hombres.

En ese momento, lo que me sirvió, fue estar muy segura de mis capacidades, lo que hago hasta el día de hoy, donde me refuerzo diciéndome “tú puedes, lo vas a lograr”, trato de no pensar en el fracaso. Al comienzo de la carrera me advertían que un ingeniero siempre va a ganar más que una ingeniera, por tal motivo, tomé la decisión de expresar en las entrevistas de trabajo, en el momento de negociar el sueldo, que quería el mismo sueldo que recibía un ingeniero, cosa que no debería decirse, ya que, debiera ser algo intrínseco.

Un buen consejo que recibí cuando ingresé a la carrera fue “hazte de amigos de los cursos superiores” y así lo hice. Asimismo, me juntaba con tres amigas y le pagábamos a un estudiante más avanzado por una hora para resolver las dudas que teníamos antes de una prueba. Ante las dificultades, siempre el mejor camino será pedir ayuda.

Sabrina Polito

Egresada de Ingeniería Civil Industrial y seleccionada chilena de bochas

Pienso que la brecha de género comienza en el entorno social y en los hogares, en la forma en que  visualizan a las mujeres en sus casas. En la sociedad chilena aún persisten muchos estereotipos de género, prejuicios generalizados acerca de los atributos o características que hombres y mujeres deberían poseer o de las funciones sociales que ambos desempeñan o deberían desempeñar.

Por eso, mi consejo para las jóvenes que desean estudiar una carrera de ingeniería es que usen todas sus habilidades y cualidades, porque una ingeniera se va haciendo en el proceso, en su trabajo, en su responsabilidad.

En una primera instancia quise estudiar medicina, pero por temas económicos no pude. Entonces, decidí indagar cuál era la carrera de ingeniería que podría darme, al mismo tiempo, un mejor estatus económico y un campo más diverso de acción; ahí me encontré con la Ingeniería Civil Industrial. Es una carrera que logra potenciar cualquier área como la deportiva, área civil, construcción u hotelera. Busqué en ella lo que me gustaba de raíz: ayudar a las personas, generar empatía y empleabilidad, y ser un aporte sin tener que ser empleada por el resto de mi vida.