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Una gran cantidad de audiencia, compuesta por estudiantes, egresadas y profesionales del área, congregó la charla “Actualización en Trastornos Específicos del Lenguaje. Diagnóstico e Intervención (TEL-TDL)”, organizada por la Escuela de Educación Diferencial.

La actividad, realizada de forma remota y dirigida por la Directora de Escuela, Cecilia Peñafiel, contó con la especialista en esta temática, Rebeca Pamjean, fonoaudióloga de la Universidad de Chile, Magíster en Educación, Docencia e Investigación en Educación Superior de la misma casa de estudios y miembro fundadora de la Asociación de Profesionales por el Autismo en Chile (APACHI).

Lo primero que abordó la profesional fue la diferencia que existe entre el retraso del lenguaje y los hablantes tardíos: “Antiguamente cuando se hablaba de retraso del lenguaje pensábamos en niños que iban un poco más abajo en la curva del desarrollo y que con el ingreso al jardín, eso se iba a homologar. Sin embargo, la investigación nos dice que no necesariamente es así, por lo que se prefiere hablar de hablantes tardíos o inicio tardío del lenguaje”.

Sobre las características de los hablantes tardíos, Pamjean explicó que “son niños que manejan menos de 50 palabras y no utilizan enunciados de 2 palabras a los 24 meses. Con el paso de tiempo, desde los 18 meses en adelante, tampoco se da la típica explosión léxica. Con respecto a la cantidad de niños, diversos autores dan cuenta de aproximadamente un 13-15% de niños son hablantes tardíos”.

La edad del diagnóstico también fue tema tratado durante la jornada de trabajo. Con respecto a esa temática, Pamjean comentó que “actualmente tenemos una legislación que nos dice que los niños con trastorno especifico del lenguaje se les puede diagnosticar a partir de los tres años y antes de esa edad, se habla de un retraso del lenguaje”.

Pero en esa misma línea, la profesional agregó que los expertos opinan de una forma diferente: “El Comité de expertos de la AELFA explica que a los cuatro años se puede realizar una hipótesis de diagnóstico, lo cual solo se podrá verificar a partir de los cinco años. Esto porque entienden que el desarrollo del lenguaje es muy dinámico”.

Como consejo a la comunidad presente, Pamjean instó a las futuras profesionales a tener en cuenta “que los trastornos del lenguaje tienen una carga genética, no se producen por falta de estimulación. Esta falta es un valor agregado pero el trastorno propiamente tal tiene con componente hereditario. Por eso es importante que como profesionales tengamos en cuenta la anamnesis”.