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Christián Ávila conoció a Catalina Ascencio y Francisca Mora durante las clases de Traducción e Interpretación en Inglés. Una vez egresados, los tres postularon a los Fondos Concursables “Emprende UDLA”, liderados por la Dirección de Egresados y Empleabilidad, donde obtuvieron el primer lugar. La adjudicación de este Fondo, les permitió poner en marcha el proyecto “Semantika”, del que Ávila nos cuenta con más detalle.

¿Cómo nació y en qué consiste “Semantika?

Una de mis socias viajó a Canadá y se dio cuenta de que existían muchos grupos que tenían como objetivo conversar en inglés y perfeccionar el idioma. Cuando llegó, nos planteó la idea de hacer una empresa que ofreciera asesoramiento o coaching a quienes desearan mejorar su nivel de inglés o aprender el idioma y que, por diversos motivos, no lo habían logrado.

El método social e interactivo de reuniones en cafeterías en tiempo sin pandemia, por ejemplo, busca desarrollar habilidades, comprensión, confianza, conocimientos, pérdida de miedos y más, con el fin de que sean capaces de desenvolverse en distintas situaciones dependiendo de sus objetivos personales.

¿Cuál es tu función al interior de la empresa?

En estos momentos estoy enfocado en la creación de cursos y la malla curricular de los distintos niveles; por lo mismo, decidí ingresar al Magíster en Educación con Mención en Innovación para el Aprendizaje que dicta UDLA. Busco perfeccionarme en el área de los diseños curriculares, evaluación e innovación porque lo del coaching aún es muy nuevo en el país. Ofrecemos mucho más que solo enseñanza, sino que un asesoramiento para lo que necesite cada estudiante en particular.

¿Cómo ayudan a las personas a cumplir sus metas?

Nuestra labor como empresa es ayudar a aquellos que opten por áreas en donde el dominio del inglés sea necesario , les permita tener acceso a más oportunidades y también para quienes estén interesados en el lenguaje y la comunicación por motivos personales. Cuando hacemos clases grupales, vamos conversando y ponemos sobre la mesa distintos temas, pero que estén relacionados con su realidad.  Es distinto hacer clases para una persona de 40 años que a una de 15, por lo que ahí los agrupamos de acuerdo con su edad, su realidad y vemos el contenido a través de juegos, por ejemplo, que tengan que ver con las cuatro habilidades escuchar, hablar, leer y escribir. Además, los acompañamos fuera de la sesión con material de apoyo.

Los objetivos son muy personalizados. Hemos trabajado con personas ligadas a los negocios, por ejemplo, que necesitan relacionarse con otras de una forma fluida en inglés. Para eso, trabajamos temas de negocios, cómo escribir correos en inglés, cómo contestar llamadas y hasta realizamos simulaciones de reuniones.

¿Cuál fue la relevancia para ustedes de haber ganado los Fondos Concursables para la realización de este proyecto?

Nunca pensábamos que íbamos a ganar, fue una tremenda sorpresa. Con esos fondos logramos hacer la legalización de la empresa y ahora trabajar en la página web para que nuestros estudiantes puedan ingresar al sitio y ver sus progresos, nuestros servicios y participar de acciones dinámicas como los juegos.

Una de las cosas que más valoro del proceso, es que previo a la postulación, la Dirección de Egresados ofrece cursos y talleres de capacitación, lo que nos sirvió mucho para poder hacer una buena postulación. Como equipo sabíamos muy poco de marketing por ejemplo, y las clases nos ayudaron un montón en eso.

¿Cómo describes tu experiencia académica en UDLA?

Fue maravillosa, realmente me encantó. El primer año fue para tantear porque no sabía de qué se trataba el mundo de la traducción y mucho menos el de la interpretación, pero ya el segundo año me enamoré completamente. La Universidad tiene muy buena infraestructura para estudiar y aprender; un ejemplo de eso, son las cabinas de interpretación donde uno puede aprender mucho. Con respecto a las clases, estas estaban a la vanguardia, siempre nos enseñaron desde la medicina, la política, la minería, etc.