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Dafne Palacios, distribuye las horas de su día entre los entrenamientos de la selección de Lucha Olímpica y los estudios de tercer año en la Facultad de Derecho. Tras un año sin competencias debido a la pandemia de COVID-19, este mes volvió a la acción participando en el Panamericano de la especialidad, el cual se realizó en Guatemala.

¿Cómo partiste en la lucha olímpica?

Mi primer acercamiento se dio porque tengo un tío que estaba relacionado con el deporte. Si bien probé algunos años y luego me retiré, a los 17años regresé porque me di cuenta que era un deporte que me gustaba mucho. El estar en constante roce con tu contrincante, el utilizar la fuerza y descargar mis energías en el combate, eran cosas que me encantaban.

La mayoría de los profesores dicen que la edad ideal para empezar en este deporte es a los seis o siete años, pero yo empecé a los 17, entonces me costó mucho tener buenos resultados y que me consideraran. Fueron años de sacrificio, esfuerzo y tolerancia; muchas veces me desanimaba porque no tenía los resultados que quería. Pero el 2019, empecé a competir en nacionales y saqué los primeros lugares. De ahí vinieron dos sudamericanos donde, tanto en la categoría juvenil como adulto, saqué medalla de bronce. Fue mi año más exitoso y donde me di cuenta que mi esfuerzo valió la pena.

Muchas personas piensan equivocadamente que la lucha olímpica es un deporte más masculino. ¿Cómo enfrentaste eso y lograste romper esos estereotipos?

Al principio, para mi familia y amigas, fue increíble porque es un deporte que tienden a practicarlos más hombre debido a que es de contacto y muy brusco en algunas oportunidades. Si bien a todos les llamó la atención, yo traté de no tomarlo en cuenta. En UDLA soy la única, y a nivel nacional, la selección está constituida por siete deportistas mujeres.

¿Cómo cambió tu vida deportiva con la pandemia?

Todo el 2020 estuve entrenando en mi casa, los profesores nos mandaban las planificaciones y algunas veces hacíamos clases por Zoom. La verdad es que los entrenamientos solamente eran para mantenerme activa, porque mi deporte es imposible trabajarlo desde la casa. Este año entrenamos dos semanas y nos fuimos a Guatemala al Panamericano; la falta de roce con mis compañeras y el trabajo presencial se vio en el resultado.

Pero volver a combatir fue genial. Sentir ese nerviosismo, tener que concentrarme, estar enfocada y estudiar las técnicas que iba a utilizar fue maravilloso.

¿Por qué decidiste estudiar Derecho y cómo ha sido tu experiencia en UDLA?

La carrera la elegí porque desde pequeña me gustó el área del Derecho. Siempre me ha gustado ayudar a las personas y por lo mismo no acepto la injusticia, cuando una situación no me parece, me involucro. En el colegio pertenecí al centro de alumnos donde me gustaba participar en los debates que organizábamos.

Ser parte de UDLA me ha gustado bastante, no me siento una más dentro de los estudiantes y eso es espectacular. Obvio que depende mucho de cómo nos mostramos como estudiantes, pero siempre he visto que los docentes y académicos están dispuestos a ayudar y te consideran siempre.

¿Cómo ha sido para ti tener clases a distancia?

En Guatemala por ejemplo me pude conectar a algunas clases y rendir pruebas sin problema. El sistema online que ha implementado UDLA ha sido genial especialmente por mis entrenamientos, porque donde estoy me conecto y en caso de que no pueda asistir, me queda la clase grabada, por lo que después la veo y si tengo dudas, las consulto en la próxima clase. La verdad es que en lo personal me ha ayudado bastante.