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El Decano de la Facultad de Salud y Ciencias Sociales, Osvaldo Artaza, fue reconocido por su aporte en la investigación que abordó la magnitud del impacto del distanciamiento social y la crisis económica durante la pandemia de COVID-19 en el control del cáncer en América Latina.

En el estudio, realizado por profesionales de México, Brasil, Colombia, Guatemala, Perú, Chile y Honduras, se basó en información obtenida de fuentes públicas y publicaciones científicas e incluyó las características de la atención de salud y control del cáncer previo a la pandemia, la pandemia COVID-19 y las medidas implementadas por los gobiernos de la región, y el impacto regional de la pandemia en el control del cáncer junto con los costos de la atención del cáncer y el posible impacto de la pandemia en los gastos del cáncer. 

Se comparó los datos de 2019 y 2020 correspondientes al período del 16 de marzo al 30 de junio y se encontró una reducción significativa en el número de visitas por primera vez a los servicios de oncología (variable según el país entre –28% y –38%) y una reducción correspondiente en patología (entre –6% y –50%), cirugía oncológica (entre –28% y –70%) y quimioterapia (entre –2% y –54%).

“Las demandas inmediatas de la pandemia COVID-19 han requerido que los sistemas de salud se concentren en estrategias de contención para minimizar la mortalidad. La priorización de COVID-19 y la implementación del distanciamiento físico como una estrategia de intervención ha afectado el funcionamiento de los proveedores de salud oncológica específicamente al posponer la detección del cáncer, las consultas en persona y las pruebas de control, así como la limitación de los tratamientos que podrían resultar en un riesgo significativo de infección. complicaciones o requieren cuidados intensivos”, apunta el documento.

Con respecto a la mortalidad, el estudio manifiesta que “esta aumentará, tanto en el corto como en el mediano plazo, como consecuencia de un menor control de los factores de riesgo, retrasos en las pruebas de cribado preventivo, menor acceso a diagnósticos y tratamientos del cáncer y un aumento de la pobreza generada por la pandemia”.

Las medidas de prevención y mitigación también fueron tocadas en la investigación. Ante esto, los profesionales propusieron algunas medidas para reducir el impacto negativo del COVID-19 en el control del cáncer a nivel regional y evitar generar una situación incontrolable en los próximos años en salud pública:

  • Garantizar el acceso a los servicios de oncología, incluido el apoyo para el transporte de pacientes, la eliminación de barreras económicas (pagos de bolsillo) y el uso de tecnologías de comunicación para la evaluación y el seguimiento de pacientes a distancia.
  • Desarrollar programas de comunicación y educación que orienten adecuadamente a los pacientes con cáncer para que comprendan el riesgo de infección por SARS-CoV-2 frente al riesgo de un control inadecuado de su enfermedad, como la omisión de tratamientos por temor al virus.
  • Desarrollar medidas que reduzcan el impacto de la pandemia en las condiciones relacionadas con la pobreza, incluidas estrategias para reducir el impacto económico del cáncer en los pacientes mediante el establecimiento de un diálogo continuo entre el sector de la salud y otros sectores de la economía
  • Permitir la implicación de diversos niveles de atención y profesionales no especializados en la oncología y la atención de pacientes con cáncer, mediante el uso adecuado de herramientas de comunicación, la constitución de redes de atención y la estructuración de derivaciones clínicas con diferentes niveles de responsabilidad.
  • Generar marcos normativos operativos y económicos que permitan y faciliten la implementación de la telemedicina.

Para leer de forma detallada la investigación, puedes pinchar el siguiente link.