Adscrita a Gratuidad

El último capítulo de la temporada 4 de Cielo Falso, ciclo que por primera vez desde su creación tuvo exclusivamente invitadas mujeres, contó con la participación de la artista visual, poeta, cineasta y activista chilena, Cecilia Vicuña, radicada en New York.

Considerada como una de las voces más auténticas y polifacéticas de la poesía contemporánea actual y una potencia artística que encarna la exploración creativa y la resistencia política, Vicuña conversó sobre su historia con José Abásolo, coordinador de Vinculación con el Medio de la Facultad de Arquitectura, Diseño y Construcción.

El diálogo comenzó rememorando los años 60’ donde la invitada trabajó con deshechos en las playas de Concón, con los cuales empezó a producir obras y distintas performances que trataría a lo largo de su carrera.

“Yo era poeta y artista desde muy pequeña. Estaba en la playa jugando en la arena, vi una basurita y la planté ahí; eso para mí fue el comienzo de lo precario. Lo hice al borde del mar sabiendo que la mar lo iba a borrar. Entonces lo precario es lo frágil, lo que desaparece, lo que muere, lo que se deshace para dar vida. Agarré otras basuritas y empecé a construir una pequeña ciudadela para ser borrada por la marea alta”, comentó Vicuña.

Luego la artista compartió con los asistentes cómo fue su primer viaje a Londres en 1972,  donde si bien publicó su primer libro, también vivió un momento personal complejo puesto rompió varios vínculos con Latinoamérica.

“Yo era una niña, recién salida de la universidad. Postulé a una beca, me la gané y encontré que Chile me había expulsado porque sentía que no había cabida para una criatura como yo. Me fui sola a Londres y mientras estaba allá, sucedió un momento clave: se abrió la puerta del avión y sentí que una ola de tristeza me pegó en el pecho. Cuando la sentí, de inmediato me di cuenta que Europa se había acabado. Ahí supe que el futuro estaba en América. Me tuve que quedar por la beca, pero empecé a publicar en México y a conectarme otra vez con este lado”, afirmó.

Años más tarde, en el 75’, Vicuña tendría la posibilidad de visitar Colombia donde trabajó en teatro y se reencontró con lo indígena: “Había estado tres años en Londres y nunca había desecho mi maleta, porque nunca quise quedarme ahí. Llegué a Bogotá y fue un momento increíble porque apenas pisé el aeropuerto me tiré al suelo a abrazar la tierra, porque estar otra vez en el mundo andino era lo máximo. Esa visita, que se suponía iba a ser un mes, se transformó en casi cinco años”.

A continuación, te dejamos la entrevista de forma íntegra: