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El Decano de la Facultad de Salud y Ciencias Sociales, Osvaldo Artaza, fue invitado a participar de la “Cumbre Nacional por la Salud Pública Ecuatoriana” donde expuso en el panel “Construcción de Sistemas Nacionales de Salud en América”, el cual reunió experiencias de Costa Rica, Uruguay y Chile.

El representante de UDLA comenzó su ponencia entregando un panorama general de cómo funciona la salud en nuestro país. “Chile, como la mayoría de los países de Latinoamérica, tiene un sistema de salud segmentado; un sistema para la población de mayores ingresos, en base a seguros privados llamadas Isapres y un Fondo Nacional de Salud para el 80 por ciento de la población que es público y que financia todas las redes de prestación pública. Este sistema además está fragmentado porque el sistema público está partido en redes regionales y a su vez, la administración, el primer nivel de atención, está en manos de los municipios. Eso genera dificultades de gobernanza que se traducen en quiebres en la atención”, afirmó.

También relacionó este escenario actual con la actual constitución que nos rige, manifestando que “en la constitución de 1980, solo habla de salud en lo referente a la posibilidad de elegir entre el sector público o el privado dado a que el énfasis estaba en que se pudiera desarrollar fácilmente este último. No establece a la salud como un derecho ni las condiciones de derechos sociales que posibiliten el contexto para el bienestar. El problema es que, en todos estos años, Chile no ha logrado superar su segmentación y fragmentación en esta área”.

En la segunda parte de su exposición, Artaza compartió con los asistentes su visión sobre el complejo escenario nacional con que la pandemia se desarrolló en nuestro país. “Enfrentamos la pandemia con una crisis social, política y un sistema con muchas debilidades (…) La pérdida de credibilidad y falta de confianza de la comunidad hacia las autoridades se sumó a una inadecuada gobernanza de la crisis y las debilidades propias del sistema de sanitario. Además, enfrentamos la pandemia con una debilidad en protección social que obligó a que grandes grupos de población tuvieran que movilizarse para subsistir por lo tanto hicieran perder efectividad a las medidas de confinamiento”, manifestó, el Decano.

Sobre el resultado de la crisis sanitaria, el profesional fue claro en sostener que “la pandemia visibilizó todos nuestros defectos. Ahora tenemos que buscar cómo logramos reformar el sistema de salud de nuestro país. Desafortunadamente en los últimos 30 años, los distintos sectores políticos hemos sido incapaces de ponernos de acuerdo con respecto a cuál es el futuro del sistema de salud en Chile. Por un lado, hay un tercio de las fuerzas que están en la lógica del multiseguro con un rol del mercado importante, el otro tercio piensa en la instalación de un seguro único que ofrezca un plan de tipo universal que articule a los prestadores públicos y privados y finalmente el otro grupo propone que en Chile se transite hacia un Servicio Nacional de Salud como era en los años 50’. Lo complejo es que ningún sector quiere ceder”

Ante la reflexión de posibles reformas a futuro, Artaza apuntó que “la esperanza es que la ciudadanía, que el 18 de octubre del año pasado, explosionó contra los abusos e inequidades y que posicionó en la palestra la salud como uno de los temas prioritarios, obligue a las fuerzas políticas a buscar un consenso”.