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UDLA presentó el libro “Acompañamiento pedagógico: docentes nóveles de Chile, Ecuador, México y Uruguay”, publicación enfocada en las políticas de acompañamiento a los docentes nóveles en países de Latinoamérica, donde el capítulo sobre nuestro país fue escrito por la Secretaria Académica de la Escuela de Educación Parvularia de UDLA, Ingrid Boerr.

La actividad comenzó con las palabras de Carlos Beca, profesor de Filosofía de la Pontificia Universidad Católica de Chile, exdirector del Centro de Perfeccionamiento, Experimentación e Investigaciones Pedagógicas del Ministerio de Educación y actual académico del Programa de Liderazgo Educativo de la Facultad de Educación de la Universidad Diego Portales.

El gran mérito de este texto es que el tema de la inducción lo concibe como un acompañamiento pedagógico, con todo lo que eso implica, de un mentor que acompaña a un profesional desde un trabajo entre pares. Este acto además es considerado como un componente del desarrollo profesional docente continuo. Es decir, no es una acción aislada que se realiza por uno o dos años, sino que prolonga la formación inicial y anticipa todo el desarrollo profesional que el docente va a tener durante su carrera”, apuntó Beca.

El profesional agregó que “el camino de la inducción a través de mentorías a profesores noveles no ha sido para nada fácil, porque de alguna manera la tradición tiende a pensar que la formación inicial es habilitante y suficiente para comenzar a desarrollar un rol en la profesión; que a lo más después se necesita una actualización (…) La mayoría de los profesores sienten la tremenda falta de un apoyo más sistemático durante los primeros pasos”.

Otro de los comentaristas del libro fue Jaime Calderón, actual coordinador de Investigación y Postgrado de la Unidad Zacatecas de la Universidad Pedagógica Nacional, quien comentó cómo ha sido la ejecución de las tutorías docentes en México.

Hasta 2013, los programas de inducción para los docentes noveles de la educación eran irrelevantes ya que apenas un 21% de las escuelas primarias proporcionaban acompañamiento pedagógico. Sin embargo, en ese año se impulsó una reforma educativa impulsada en la Ley General del Servicio Profesional Docente, donde se estableció el derecho de los nuevos profesores a recibir tutorías durante los dos primeros años para fortalecer sus capacidades, conocimientos y sus competencias”, afirmó.

Siguiendo con la idea, Calderón agregó que “los destinatarios de esta estrategia fueron docentes y técnicos docentes quienes recibieron el acompañamiento por un tiempo de dos años. Para no alterar la normalidad escolar las tutorías debían ser en horario fuera de clases y la modalidad era tres horas semanales de forma presencial y nueve horas semanales en línea”.

Para finalizar, tomó la palabra Ingrid Boerr, profesora de Educación General Básica y Secretaria Académica de la Escuela de Educación Parvularia de UDLA: “La gran transformación en nuestro país se da cuando con la Ley 20.903, se reconoce la inducción como el primer paso del desarrollo profesional docente. Ahí se otorga a todos los docentes noveles, del nivel educativo que sea, el derecho a ser acompañado durante el primer año por un docente mentor que esté registrado por el Consejo de Educación de Inicial y Primaria (CEIP). Los docentes empiezan a trabajar y a través de los sostenedores de sus colegios deben solicitar el acompañamiento. La CEIP es el encargado de realizar la unión”.