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El Departamento de Salud Comunitaria de UDLA invitó a la comunidad educativa a participar del seminario “Salud de las comunidades: contaminación atmosférica en contexto de pandemia”, el que abordó la temática de Salud Ambiental, COVID-19 y características similares al virus SARS CO-2 e Influenza y contaminación intradomiciliaria, como uno de los factores que pueden aumentar contagios.

Tras las palabras de inicio del Decano de la Facultad de Ciencias de la Salud, Osvaldo Artaza y del Director del Departamento de Salud Comunitaria,  Carlos Güida, tomó la palabra Ángel Rodríguez, especialista en Medicina Preventiva y Salud Pública, colaborador de la Organización Panamericana de la Salud (OPS) desde la pandemia de influenza en 2009 como Oficial Técnico en el Equipo de Alerta y Respuesta, y actualmente Oficial Técnico en la Vigilancia de Influenza y otros virus respectivos, incluyendo SARS-CoV-2.

“Los objetivos de vigilancia de COVID están enfocados en cortar la transmisión del virus, detectando oportunamente los casos, aislándolos, para luego identificar a sus contactos y hacer un testeo en ellos. Nosotros somos la única región en el mundo donde seguimos con la vigilancia nominal de los casos”, apuntó Rodríguez.

Con respecto a la situación de la influenza en nuestro país, el profesional sostuvo que “hubo medidas de salud pública que contribuyeron a que no hubiese estación de influenza en el país este año, como por ejemplo la campaña de vacunación. Pero a pesar de eso, no podemos bajar la guardia, porque la amenaza siempre está presente; puede ser que en el siguiente ciclo tengamos un retraso en la circulación de influenza o una actividad mucho más elevada al no tener esta inmunidad poblacional que te entrega la temporada de enfermedad”.

Por su parte, Hernán Sandoval, médico cirujano, especialista en Medicina del Trabajo y Toxicología de la Clínica de la Universidad de París y ex decano de la Facultad de Ciencias de la Salud de UDLA, mostró los resultados sobre la posible relación entre la contaminación y el COVID-19.

En cuanto a si la contaminación del aire facilita la transmisibilidad y contagiosidad de la enfermedad, hasta el momento, no hay ninguna conclusión. Con respecto a que si la exposición en contaminación del aire facilita que la enfermedad se manifieste y que incluso sea más grave, hay algunos artículos que avanzan hacia ese sentido”, explicó Sandoval.

El especialista agregó que “evidentemente se está estableciendo una relación entre contaminación del aire y COVID-19, que no está lejos de las relaciones tradicionales que se producen con otras enfermedades broncopulmonares en que el aumento de la contaminación se asocia con un incremento del número de cuadro clínicos. Esto sería porque la contaminación química del ambiente produciría una mayor susceptibilidad del árbol respiratorio”.

En tanto, Dante Cáceres, Doctor en Salud Pública de la Universidad Autónoma de Barcelona, España, mostró investigaciones italianas donde evaluaron la relación entre los niveles superficiales de materia particulada que están más cerca del nivel del mar sobre el impacto del COVID-19 en Italia.

“Los resultados muestran que los casos diarios están relacionados positivamente con las partículas y el índice de calidad del aire. El aire seco apoyaría la transición del virus COVID-19 y que la temporada cálida no detendría el virus. Finalmente, los aerosoles en el aire libre pueden ser posibles rutas de difusión de COVID-19”, apuntó.

Finalmente expuso Marcela Rojas, Directora de Escuela de Kinesiología de UDLA, quien dentro de su presentación sostuvo que “para la Facultad de Ciencias de la Salud nos hace mucho sentido hablar de la salud de las comunidades y no reducirlo solamente al COVID-19. Esta convocatoria nos hace hablar no desde lo evidente, sino que darle una mirada más amplia que nos permite ver cómo nos estamos comportando como sociedad”.

Esta actividad contó con la importante labor en el área de gestión de Viviana Olave, coordinadora académica del Departamento Salud Comunitaria.