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Pese a que siempre sintió interés por el área de la salud, Álvaro Gómez, egresado de la Escuela de Enfermería, cuenta que no fue hasta que comenzó a trabajar en una clínica y pudo observar de cerca la labor del personal de enfermería, que decidió salir de la ciudad de  San Antonio para estudiar en la Sede Viña del Mar la carrera de su vocación.


Hoy, a tres años de su egreso, trabaja en la Unidad Médico Quirúrgico del Hospital de Quilpué, donde ha enfrentado la pandemia por COVID-19 poniendo énfasis en aspectos que reconoce como claves en el área de la salud: el trato humanizado, el compromiso con la comunidad, el respeto por la persona y el trabajo en equipo.

¿Cómo ha sido trabajar durante una emergencia sanitaria cómo está?

Ha sido bastante estresante. Si bien en mi unidad no estoy con atención directa con usuarios COVID- 19, recibimos a pacientes con otras patologías que no son respiratorias y la demanda en el servicio aumentó considerablemente. Al igual que mis colegas y todo el personal de salud que está a cargo de COVID-19, ha sido un sacrificio enorme mantener la moral y la energía.

¿Cómo han vivido esta pandemia los trabajadores del hospital?

Ha sido desgastante, los turnos son más demandantes y se nota el cansancio, a veces incluso hay hasta miedo. El panorama ha sido complicado, pero siempre estamos con la moral alta y apoyándonos entre todos. Un sentimiento generalizado entre todos los funcionarios de la salud es la unidad.

¿Qué ha sido lo más difícil de tu labor durante estos meses y lo más reconfortante?

Lo más difícil siempre será ver fallecer a un usuario, también la soledad con la que se sienten los pacientes hospitalizados, pues lamentablemente por la pandemia no se admiten visitas. Si bien el equipo humanizador otorga videollamadas a los usuarios, ello no reemplaza que se tome la mano o que se acompañe y es ahí donde todo el personal de salud cumple ese rol. Eso es lo más reconfortante de mi trabajo, conversar con los usuarios, consolarlos, reír con ellos. A veces nos dicen que tienen miedo, pero tratamos de darle toda la seguridad para que se sientan mejor y se sientan lo más acompañados posible.

¿Qué mensajes entregarías a la comunidad para seguir enfrentando esta emergencia sanitaria?</pZ

Sé que suena majadero decirlo, pero es importante que la gente se quede en casa, que cuiden a los adultos mayores. Esto depende de cada uno de nosotros y si nos cuidamos todos, más rápido podremos salir de esta situación.

De tus aprendizajes en UDLA, principalmente ¿qué es lo que te ha servido para tu labor y cómo ves reflejado el compromiso comunitario?

Si bien todas las universidades entregan herramientas técnicas para trabajar, siento que el Sello UDLA es el trato humanizado del usuario. Cuando realizo una curación no lo hago solo porque tengo que hacerlo, también recuerdo las palabras de algunos profesores, que hay que hacerlo para que la persona se sienta bien. Mientras uno realiza el procedimiento, conversa y es cercano con el usuario. Ese es el Sello UDLA, un profesional cercano, con capacidades técnicas, pero también con habilidades blandas desarrolladas, el trato humanizado, el compromiso con la comunidad, el respeto por la persona y el trabajo en equipo.