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“Supervisión de las prácticas sociales en la intervención social en tiempos de pandemia: el desafío del cuidado entre pares”, fue el seminario con el que la Facultad de Ciencias Sociales de UDLA inició las actividades académicas este 2020.

Tras la presentación del Decano de la Facultad, Osvaldo Artaza, expuso Carmina Puig, Ph.D. en Antropología Social y Cultural y coordinadora del Programa de Doctorado interuniversitario en Trabajo Social y secretaria del Departamento de Antropología, Filosofía y Trabajo Social de la Universidad Rovira i Virgili, España.

La profesional indicó que “en tiempos normales todos los profesionales tienen funciones de gestión educativas, pero ahora además hay que agregarle la de acompañamiento y de cuidado. Las prácticas sociales se hacen desde una perspectiva de mucha angustia y por lo mismo el trabajo debe contemplar la escucha y la palabra que acompañe; la palabra de otro, que es el profesional. El acompañamiento está habitado de una gestualidad mínima, una proximidad, una mirada, una presencia”.

Con respecto a la temática del encuentro, Puig manifestó que es importante entender y darle importancia a la frase cuidarnos para poder cuidar: “Profesionalmente estamos abocados a trabajar muy atentos en un doble cuidado. Sabemos que tenemos una experiencia que es la que se supone actúa como un resorte para que las personas tengan confianza en nosotros, pero también debemos ser capaces de reconocer, como profesionales del área, nuestras vulnerabilidades para desde ahí, repensar nuestra responsabilidad social. Debemos estar atentos a lo que estamos sintiendo para no traspasar nuestras expectativas y emociones como el mal humor o frustraciones a las personas que estamos atendiendo. La idea es atender y no causar daño”.

La segunda expositora de la jornada fue Sandra Iturrieta, Ph.D. en Ciencias Sociales de la Universidad de Santiago de Chile y postdoctorada en Estudio de las Ideas en el Instituto de Estudios Avanzados (IDEA) de la misma casa de estudios.

La ponente compartió con los asistentes el resultado de una serie de investigaciones realizadas en los últimos años en profesiones del área de las ciencias sociales.

Una de las encuestas analizadas fue la de “Bienestar subjetivo a profesionales”, la que apunta a una valoración que hace la persona de su vida, ponderando las emociones positivas y negativas que tiene respecto de su ser profesional. Para eso, Iturrieta tomó como base la Encuesta de Felicidad de los chilenos realizada en 2012 y aisló las preguntas relativas al trabajo para así comparar la felicidad de los chilenos en general con la felicidad de los profesionales de las ciencias sociales con relación al mismo tema.

Los trabajadores sociales en general eran los menos felices con relación a los técnicos y a los asistentes sociales, situación que a nosotros no nos pareció tan inusual porque sabemos que ellos tienen mayores expectativas y por lo tanto sus niveles de bienestar subjetivo eran menores que los técnicos, por ejemplo. Nos parece preocupante sí, porque esta falta esta subjetividad o poca felicidad que existe en estos profesionales puede ser traspasada a los pacientes”, afirmó la profesional.