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Dado el actual contexto, la educación ha sufrido la migración a las aulas virtuales, conllevando grandes desafíos para las metodologías de aprendizaje colaborativo. Para analizar este escenario, la Sede Santiago en conjunto con Sede de Viña del Mar y Concepción, invitaron a toda la comunidad a participar del webinar “El rol del Aprendizaje y Servicio (A&S) en contexto de crisis”, el cual se enmarca dentro de la inauguración de las actividades académicas de este año.

El A&S es una metodología educativa basada en una experiencia solidaria, en la cual los estudiantes, docentes y miembros de la comunidad trabajan y aprenden juntos para solucionar necesidades específicas, utilizando el conocimiento y realizando transferencia del mismo para el bien común, estando esto inserto en currículum y programas.

El Centro Latinoamericano de Aprendizaje y Servicio Solidario (Clayss) es pionero en esta área en Argentina, ya que ha promovido hace más de 20 años esta metodología. En esta oportunidad, las expositoras de la jornada fueron María Nieves Tapia y María Rosa Tapia, ambas directoras de Clayss.

El desafío en este tiempo es repensar cómo seguimos adelante con nuestra propuesta pedagógica, porque de un día para otro, el modelo institucional, como el colegio o la universidad, se rompe y las pantallas de Zoom se vuelven nuestra realidad. Debido a esto, estamos viendo la inequidad social y económica en carne propia; hay docentes que están “poniendo el pecho a las balas” en los casinos de los colegios para que sus estudiantes puedan comer y otros armando folletos para que estudien los que no tienen acceso a internet”, apuntó María Nieves Tapia.

La profesional agregó que en este minuto, el rol que tomen las universidades que trabajan A&S es fundamental: “Las áreas de Docencia, Investigación y Vinculación con el Medio tienen que estar trabajando de la mano para que la universidad sea una institución solidaria. En estos días hemos visto cómo estas casas de estudio han respondido de forma clara con políticas institucionales solidarias: cerraron sus puertas para evitar contagios y pusieron a disposición todo su esfuerzo para cuidar el aprendizaje académico de sus estudiantes”.

Las áreas de investigación por ejemplo, están trabajando en analizar los temas políticos y sociales de la pandemia; los de salud en la vacuna o medicamentos y los de ciencias sociales en ver cómo afectará esto a la población cuando termine. Hay muchas universidades que están realizando una transferencia de saberes de forma gratuita a través de capacitaciones y cursos. Eso es hacer Servicio y Aprendizaje”, agregó María Nieves Tapia.

Por su parte, María Rosas Tapia manifestó que “este tiempo de pandemia nos tiene que permitir reflexionar sobre cómo podemos seguir desarrollando proyectos de A&S en tiempos de crisis, cómo cuidarnos unos a los otros sin poner en riesgo nuestra seguridad sanitaria y cómo trabajar la empatía de nuestros estudiantes”.

La relatora añadió que “es fundamental aprovechar este momento para nutrirnos y reafirmar que el A&S no solo es algo institucional, sino que además demuestre que son los propios jóvenes que han tenido la iniciativa de querer colaborar a partir de la formación que han recibido. La idea es que cuando pase la pandemia, todos podamos decir que hemos aprendido y ganado en solidaridad”.

La jornada también contó con la participación del Vicerrector de la Sede Santiago, Claudio Apablaza, quien dio a conocer cómo UDLA ha utilizado los aportes de la metodología de Aprendizaje y Servicio en la formación profesional de los estudiantes, en su desarrollo integral, como sujetos conscientes y responsables de su entorno.

Estamos en una situación muy complicada en el mundo y todo lo que hemos escuchado en esta charla nos ha significado sumar nuevos conocimientos para enfrentar esto de buena forma. Todos estamos en el mismo barco, remando para el mismo lado y eso es muy bonito. Esperamos que a través de esta actividad haber sido un aporte a la discusión de la A&S en las universidades”, apuntó la autoridad de UDLA.

La actividad, fue organizada en conjunto con el Centro Latinoamericano de Aprendizaje y Servicio Solidario y de la Red Iberoamericana de Aprendizaje y Servicio, contó con la participación de cerca de 500 personas de 18 países.